La crisis del coronavirus comportará un cambio de planes del Barça en el próximo mercado de fichajes. No solo el primer equipo, sino también el filial tendrán que planificar el curso que viene sin tener en cuenta refuerzos estrella. Las pérdidas han puesto al club culé en una situación crítica. El descenso de ingresos provocado por la pandemia podrían ascender hasta los 130 millones de euros si no se retoman las competiciones. Además, el ERTE tramitado o la reducción salarial del 70% pactada con los deportistas podría no ser suficiente para salvar la masa salarial del club, y unos presupuestos que podrían pasar de los 1000 millones a menos de 800 el curso que viene.
Lo que implica que no se podrá dedicar gran parte del presupuesto en fichajes y en el apartado deportivo, y obligará a todos los equipos a formar sus plantilals con las únicas incorporaciones de los cedidos que vuelvan al equipo o canteranos de categorías inferiores. En este sentido, el Barça B ya está empezando a trabajar en recuperar a los jugadores prestados que han demostrado que merecen tener un hueco en el filial.
Dos canteranos que vuelven
Según avanzó el diario Sport, la entidad azulgrana tiene en sus planes recuperar el próximo verano a los canteranos Arnau Comas y Lucas de Vega, que disfrutaron de minutos en Segunda B, y podrían llegar no solo para quedarse, sino para ser piezas importantes del filial.
Arnau Comas, con hasta 2022, se fue a Olot aprovechando el convenio del Barça con el club de La Garrotxa, que le permite tener mejor controlados a sus futbolistas catalanes y seguirlos en el mismo grupo en el que juega el filial azulgrana. El de Cassà de La Selva ha disputado 17 encuentros, incluido el de Copa del Rey frente al Nàstic, y solo alguna pequeña lesión le ha desbancado del once. Sus características le convierten en un central a tener muy en cuenta para el futuro. Combina una buena salida de balón y colocación con un notable juego aéreo, gracias a sus casi 1,90 de altura.
Arnau Comas, en un partido con el Olot | REDES
Por su parte, Lucas de Vega tardó un poco más en convencer al cuerpo técnico de un exigente Cartagena. No fue hasta la jornada 13 que consiguió hacerse con un puesto fijo en el centro del campo. Y, desde entonces, no ha dejado de ganar en importancia. Finalmente, el brasileño ha disputado también 17 partidos, en los que ha podido demostrar su polivalencia y sus recursos en el centro del campo del líder del grupo 4 de Segunda B.
Lucas de Vega, en un partido con el Cartagena | Efesista
Estos dos futbolistas son el gran ejemplo de que una salida en forma de cesión del filial no implica un error. Pese a la incertidumbre de recalar en una categoría tan dura como la división de bronce del fútbol español, y adaptarse a una filosofía de juego totalmente distinta, han demostrado con ganas y motivación que son capaces de superarse y ganarse un hueco en el Barça B, gracias a su experiencia fuera de La Masía.