El Liverpool-Atlético de Madrid de los octavos de final de la Champions fue el último gran encuentro que los aficionados al fútbol pudieron disfrutar, antes de que la crisis del coronavirus golpease todo el planeta. En un Anfield lleno hasta la bandera, se pudo ver una completa lucha de estilos que finalmente acabaron llevándose los colchoneros.
Los hombres del Cholo Simeone sabían que de poco les serviría la mínima ventaja conseguida en la ida, en el Wanda Metropolitano, ante un equipo red apoyado por su hinchada y con una de las mejores plantillas de todo el mundo. Sin embargo, lo que parecía imposible, acabó convirtiéndose en realidad.
Los jugadores del Atlético celebran un gol ante el Liverpool | EFE
El Atlético consiguió solo ceder un gol en los 90 minutos reglamentarios, y en la prórroga, en una nueva muestra de coraje de los rojiblancos, consiguieron véncer en Anfield y clasificarse para los cuartos de final de la Champions. Dos tardíos goles de Marcos Llorente y uno de Morata acabaron de destrozar los ánimos de los de Klopp, que vieron como se quedaban sin la oportunidad de revalidar el título.
El Messi del Atlético
La gesta del Atlético en tierras inglesas no habría sido posible sin la enorme actuación de Jan Oblak. En guardameta esloveno volvió a demostrar que es uno de los mejores porteros del mundo, y lo hizo en uno de los peores escenarios del fútbol mundial.
Oblak destacó sobre todo en unos segundos 45 minutos apoteósicos. Se convirtió en gigante y provocó las constantes caras de incredulidad de los atacantes del Liverpool. El guardameta colchonero se multiplicó para contrarrestar todas las ocasiones del conjunto inglés, y fue la gran arma de los rojiblancos para conseguir un hito que parecía imposible, teniendo en cuenta cómo se había desarrollado el partido: forzar la prórroga. En el tiempo extra, la fe del Atlético pudo con la calidad del Liverpool, y se llevaron el billete para cuartos.
No es ni la primera ni la última vez que Oblak es capaz de salvar al Atlético. Sin embargo, en este contexto, su partido emocionó especialmente a su entrenador, el Cholo Simeone, que lo definió como el "Messi de la portería". "Oblak es el mejor portero del mundo. Messi resuelve partidos defensivamente y Oblak los resuelve en el arco. Oblak potencia al equipo. Los aficionados recordarán este partido por mucho tiempo", sentenció el técnico argentino.
Su importancia es tan cabdal en el juego defensivo del Atlético, que ha conseguido llevarse los últimos cuatro trofeos Zamora consecutivos en la Liga, recibiendo 88 goles en 142 partidos en las últimas cuatro temporadas (0,61 por partido).