Queda una semana y un día para la vuelta de octavos de la Champions League y cada vez coge más fuerza la posibilidad que el Barça-Nápoles se dispute a puerta cerrada. El deseo del club es jugar con público en las gradas del Camp Nou pero la precaución por el contagio del coronavirus es un gran temor por la administración catalana.
Según informa este lunes L’Esportiu, la Generalitat de Catalunya quiere que el partido entre catalanes y napolitanos se juegue sin espectadores. Esta medida ya se está viendo en varios lugares de Europa como en este fin de semana toda la jornada de la Serie A o los dos partidos internacionales de esta semana: PSG-Dortmund y Valencia-Atalanta.
En Barcelona ya se han visto afectados varios actos. El más notorio es el Mobile World Congres pero no solamente. También afectó la celebración de la Marató que se debía disputar el 15 de marzo.
La Generalitat lo confirma
Este lunes lo confirmó el propio Gerard Figueras, secretario general de l’Esport de la Generalitat, en RAC1: “Hacemos caso de los protocolos y entendiendo que Italia es una zona de riesgo y la prudencia pediría que se juegue a puerta cerrada. Todavía no se ha tomado una decisión. Entre hoy y mañana nos reuniremos con el club y tomaremos una decisión. Veremos qué consecuencias hay”.
También añadió que “todo se habló en una reunión el sábado. Se aplazó la Maratón de Barcelona y hablamos de otros eventos deportivos. Algunas decisiones ya se han tomado como la puerta cerrada de un partido del Girona femenino. Aplicaremos los protocolos y estos son muy claros. Estamos en contacto con el Barça y hablaremos hoy mismo o mañana. La decisión puede ser esta y tenemos que valorar las consecuencias”.
¿Cómo afecta a los ingresos?
El Barça todavía no ha recibido la comunicación oficial de la Generalitat. El deseo del club es una disputa en total normalidad del encuentro, pero gana puntos que se juegue sin público. Más allá de lo que pueda afectar al aspecto deportivo, pues no habría el apoyo de la afición, también puede influir en los ingresos.
Como es de esperar, se dejarán de ingresar los billetes del partido e incluso se tendrán que devolver esa cantidad que pagaron algunos aficionados, varios en el Seient Lliure. Algunos de ellos -alrededor de 5.000- son seguidores del Nápoles que tenían intención de pasar un día en Barcelona.
Por lo contrario, no se verán afectados los ingresos por derechos audiovisuales y de imagen, que son los ingresos más importantes del Barça. Un partido a puerta cerrada no afectaría al espectáculo sobre el verde, pero sí que lo haría en la rutina de los profesionales de la información pues no podrían acceder al estadio.
Nápoles, lejos del foco del coronavirus
El coronavirus está afectando sobre todo el norte de Italia. En todo el país hay más de 6.000 casos y un total de 366 muertos, 267 del total en la región de la Lombardía. Por ese motivo se anunció que disputaba a puerta cerrada el Valencia-Atalanta y el Getafe-Inter de Milán.
El coronavirus, protagonista en el Nápoles-Barça / EFE
Nápoles, en el sur, no está muy afectada por el virus. Se jugó con público el partido de ida y la región de la Campania no está en un estado de alerta como en el norte. Hasta el 3 de abril, más de 16 millones de personas, sobre todo en Lombardía, deben estar confinadas en sus casas y se han suspendido la mayoría de los actos públicos.