El Barça protagonizó un mercado invernal más que curioso. Se fueron el primer equipo hasta cuatro jugadores y dos del filial como Alejandro Marqués y Abel Ruiz. El equipo de Garcia Pimienta dio la bienvenida a Matheus Pereira, Rey Manaj y a Santiago Ramos Mingo. Este último con problemas burocráticos.
El argentino fue presentado hace exactamente un mes, el cuatro de febrero. El club anunciaba el fichaje del central de 18 años que llegaba libre procedente del Boca Juniors. El jugador firmaba por las próximas tres temporadas más dos de opcionales. Su cláusula de rescisión es de 60 millones de euros mientras se mantenga en el filial. Si sube al primer equipo ascenderá a los 100.
Bakero y Elías con Ramos Mingo el día de su presentación / FC Barcelona
En las últimas horas algunos medios argentinos informaban que Ramos Mingo llegó libre pero que su club de origen, el Boca Juniors, puede demostrar que el jugador seguía vinculado al equipo, aunque no tenía ningún contrato vigente. Por ese motivo, no se envió el famoso transfer y todavía no ha podido debutar.
Pendientes de la UEFA
Según ha podido saber Culemanía, el Barça sigue pendiente del documento que tiene que enviar los argentinos. De momento, podría debutar si la UEFA, el organismo europeo de fútbol, da una autorización provisional. Se trata de cuestión de días para que pueda jugar con el filial.
Ramos Mingo es un jugador pensando en el futuro, más que en presente. Desde el club aseguran que, aunque tenga la posibilidad de entrar en las convocatorias, el puesto de central está muy competido en el Estadio Johan Cruyff. Tendrá por delante a internacionales como Ronald Araújo, Chumi, Mingueza o Jorge Cuenca.
Como hemos apuntado anteriormente, el permiso que obtendrá el Barça de la UEFA es provisional, no el definitivo. Este último depende de las intenciones del Boca Juniors, que sigue insistiendo en que el jugador tenía vinculación con el club, aunque no un contrato vigente.
¿Cómo se puede resolver la situación?
Hay dos vías de solución previstas según la legislación. Primero, y la más cómoda, es un acuerdo entre ambos clubes -Boca y Barça- para el transfer. El problema es que los de Buenos Aires piden que se abone un precio de traspaso pues los catalanes firmaron a Ramos Mingo de manera libre.
Ramos Mingo en su presentación como jugador del Barça B / EFE
La segunda opción es más polémica y puede complicar las relaciones entre estos dos grandes. Se trata de recurrir al tribunal de arbitraje para que dicte sentencia y resuelva quien tiene la razón en el caso. De momento, el jugador podrá contar próximamente para Garcia Pimienta una vez la UEFA de permiso.