Si para alguien ha sido especialmente importante el 2019, sin duda es Ansu Fati. Al joven de 17 años le ha cambiado la vida por completo en solo 365 días. Seguramente, ni él mismo se creería estar viajando para disputar la Supercopa de España en Abu Dhabi cuando el pasado mes de junio estuvo cerca de dejar el Barça tras no llegar a un acuerdo contractual con el club.
No obstante, y por suerte para las dos partes, las negociaciones se arreglaron y su vida cambió por completo. En pocos meses, el de Guinea-Bisáu ha conseguido debutar con el primer equipo del Barça en el Camp Nou, estrenarse como goleador, conseguir la nacionalidad e ir convocado con las inferiores de la selección española, debutar en Champions y convertirse en el goleador más joven de la competición, firmar una renovación millonaria...
Ansu Fati ha pasado de ser una joven promesa y jugar con el juvenil, a ser a una de las piezas claves del futuro del club culé. No obstante, cada vez que tiene la oportunidad demuestra que la fama no se le ha subido a la cabeza, y que por mucho que esté en boca de todos, él sigue siendo el mismo adolescente que corre detrás de un balón.
La humildad le hace grande
Como en cada partido, Ansu Fati llegó al Camp Nou para su estreno con el primer equipo en metro. Un joven de 17 años que no sabía lo que le vendría encima. Porque tras debutar ante el Betis, y demostrar un desparpajo y una calidad inusual para un chico de su edad, al día siguiente ya era portada de todos los diarios estatales.
"Sí, la verdad es que noté que me miraban un poco", respondió Ansu de manera inocente el día después de su primera gran actuación con el primer equipo, en un claro ejemplo de una humildad que es la que realmente hace grandes a los futbolistas.
Ansu Fati en un entrenamiento del Barça / FC Barcelona
Pese a haber rescatado al Barça en un inicio de curso arduo, con las lesiones de Messi, Suárez y Dembelé; y tras ir convocado prácticamente cada jornada por Ernesto Valverde, él sigue considerándose un futbolista del juvenil. Por eso, siempre que puede va a ver sus partidos, e incluso acude muchas veces a comer a la Masía con los que fueron sus compañeros. Además, el día de la presentación del fútbol base azulgrana, le dijeron que formara con el Barça B, pero él quería hacerlo con el juvenil, que ese era su equipo.
No descuida sus estudios
Ansu sabe que si ha llegado donde está, es gracias al aprendizaje que ha recibido en la Masía. Así, pese al giro de 360º que ha dado su vida en el 2019, lo último que quiere es olvidar sus orígenes y todos los consejos que le han dado para seguir creciendo. Entre ellos, una de las grandes recomendaciones que aprendió de su pase por el fútbol base azulgrana es que el fútbol se acaba, pero los estudios son para siempre.
Una foto de Ansu Fati durante un desplazamiento del Barça / FCB
Así, pese a su inverosímil crecimiento futbolístico en el último año, no quiere dejar de lado sus estudios. Ansu quiso hacer un ciclo formativo de idiomas: inglés y francés. Prudentemente, su entorno le dijo que fuera paso a paso, primero inglés y luego ya vendrá el francés, ya que los viajes con el primer equipo no le dejarán mucho tiempo libre.
Sin duda, se trata solo de algunos ejemplos más que muestra el carácter afable, responsable y humilde de un jugador que lo tiene todo para ser la referencia del Barça en la próxima década.