El Barça sueña ya con el nuevo Palau, con capacidad para 14.000 espectadores y con el objetivo de trasladar el actual clímax a la nueva instalación polideportiva. Pero será difícil. El actual Palau, inaugurado en 1971, es una olla a presión y los Dracs son el principal grupo de animación. Cantan sin desfallecer un segundo (literalmente) y su poder de intimidación es considerable.
Los Dracs nunca han fallado. Ni tan siquiera en los años más difíciles, de sequía y desidia. El domingo, celebraron efusivamente la contundente victoria ante el Real Madrid (83-63) y proclamaron su devoción por Svetislav Pesic, Oriola, Abrines, Mirotic, Kuric, Hanga y Davies.
Escenografía espectacular
La escenografía fue la de las grandes ocasiones, destacando una pancarta con el lema “We’re coming back”. Porque, efectivamente, el gran Barça ha vuelto. Bufandas y banderas azulgranas acompañaron a una grada de animación más entregada que nunca.
Terminado el partido, los Dracs explicaron sus influencias musicales y la idea de la pancarta. La misma está inspirada en una canción de Cock Sparrer, banda británica de punk y Oi! Una de sus canciones más carismáticas es, precisamente, We’re coming back, versionada también por el grupo italiano, de extrema izquierda, Los Fastidios. En la pancarta reproducían una vespa, similar a la que sale en un vídeoclip de Los Fastidios.
Influencia británica
Punks, mods, red skins y Ska son los referentes musicales de Los Dracs, que en sus orígenes se inspiraron en los grupos ultras de Grecia. Su banda sonora, en cambio, bebe de otras aguas. De la convulsa Inglaterra de los años 70, donde el movimiento punk emergió antes de que Margaret Thatcher ganara las elecciones de 1979 y aplicara su política de mano dura.