Otro golpe de autoridad. Es el resumen de un partido descomunal del ya bautizado Barça de Mirotic. Un equipo letal, de juego feroz y efectivo tanto dentro como fuera de la pintura donde el ala-pívot serbio se ha convertido en líder indiscutible.
Los azulgranas destrozaron al Olympiacos (90-80) en un partido clave para la Euroliga que mantiene a los de Pesic en lo alto de la tabla clasificatoria empatados a puntos con Real Madrid y Anadolu Efes. El marcador se igualó ligeramente en los compases finales pero si la diferencia final hubiese sido de 20 puntos de diferencia nadie se habría extrañado.
Movidos por un juego coral, reforzado en las potentes individualidades de Hanga (14 puntos), Kuric (18) o el propio Mirotic (21 + 33 de valoración), los blaugranas dominaron el encuentro de cabo a rabo. Ya en el primer cuarto marcaron las diferencias con un parcial que deparó una clara ventaja (20-12).
Sin embargo, el equipo de un eclipsado Spanoulis (2 puntos y -3 de valoración), dio la cara en el segundo cuarto y amenazó con remontar. Tanto fue así que las tornas llegaron plenamente igualadas al descanso (40-39).
Un puro espejismo. Nuevamente, el Barça sacó a relucir su mejor versión en el tercer cuarto y arrolló nuevamente al cuadro heleno, elevando la diferencia a once puntos al término del tercer cuarto (69-58). Pero lo cierto es que pudieron ser más puntos.
Los de Pesic se llegaron a poner más de 20 puntos por encima del rival, pero se relajaron en fases del encuentro. Algo que no le hizo excesiva gracia al técnico, que fue expulsado por doble técnica y se llevó la ovación del Palau. Al término del choque se quejó de esas desconexiones del equipo, pero la realidad es que Mirotic y compañía dan síntomas de ser un equipo casi imparable.