Había ganas de clásico. Previsto en un inicio para el 26 de octubre, la manifestación convocada por Tsunami Democràtic empujó a la Liga y la RFEF a modificar la fecha del encuentro. Si bien la plataforma catalana anunció una nueva movilización, era una utopía volver a aplazar el choque entre FC Barcelona y Real Madrid.
Los aledaños del Camp Nou se llenaron desde primera hora de la tarde. Mérito de Tsunami, obviamente. Sin embargo, los primeros aficionados del conjunto azulgrana no tardaron en aparecer, haciéndose eco del consejo del club de llegar con antelación. Algunos de ellos atendieron a Culemanía para hablar de los grandes nombres deportivos de la previa.
Sin confianza
Como viene siendo habitual desde hace un tiempo, la afición hizo evidente su descontento con el entrenador del equipo azulgrana, Ernesto Valverde. Un seguidor culé espetó que "tiene menos sangre que una cebolla. No podemos con él. Nos vamos a perder tres años de Messi por su culpa".
Ernesto Valverde y Zinedine Zidane en el clásico / EFE
"Parece que esté dormido en el banquillo", añadía otro. Un tercero, si bien matizaba que le parecía que era un buen entrenador, considera que a Txingurri "se le queda grande" el Barça. "Lo de Roma puede pasar, pero lo de Anfield... No entiendo que haya tenido tanto crédito. No sé si es porque toda la plantilla está con él".
No era el único culé que pensaba que a Valverde se le han dado más oportunidades de las que merece. Uno de sus amigos señaló que "no veo normal que tenga esas derrotas y aún así él esté contento. No puedes estarlo por haber ganado una Copa del Rey con el Barça. Y si caes, que sea con dignidad, no como en Anfield".
La esperanza
La confianza que deposita el barcelonismo en el Txingurri es inversamente proporcional a la ilusión que genera Leo Messi. La afición, horas antes del clásico, tenía claro de quien dependía la victoria del FC Barcelona: "El cambio de fecha les ha beneficiado, pero hay uno que lo decide todo y es el que tiene que decantar hoy el partido".
"Esperemos que nos den una buena noche y que aparezca nuestro dios. Que nos haga llorar de alegría otra vez", apuntaba otro seguidor culé. El delantero argentino lo intentó, pero no pudo devolver a la afición toda la esperanza que había puesta en su figur".
El resultado final del encuentro y la imagen que transmitió el conjunto catalán sobre el terreno de juego probablemente dejó al barcelonismo más mosqueado con Valverde de lo que ya estaba antes del partido.