La Juventus anunció el pasado martes la renovación del central italiano Leonardo Bonucci, quien estará ligado a la entidad Bianconeri hasta junio de 2024. Bonucci recaló en las filas de la Juve en la campaña 2010-2011 y pese a sus 32 años de edad, el futbolista tiene asegurados sus próximas cinco temporadas dentro del equipo de Turín.
Su ampliación de contrato guarda como anécdota el haberse realizado un día 19, como homenaje al número que el de Viterbo luce en su camiseta. No obstante, el tema de las cifras no es la única cuestión que abarca la renovación de Bonucci. Uno de los más afectados por su continuidad en el cuadro italiano es Matthijs De Ligt, quien no se librará de la dura competencia que todavía le aguarda por delante.
Veteranía frente a juventud
Además de Bonucci, en la zaga de la Juventus milita también un experimentado Chiellini, dejando a De Ligt como el tercero en discordia a la hora de tomar parte en labores defensivas. Ante los ojos de su entrenador, al joven holandés le falta todavía mucho camino por recorrer, pues apenas cuenta con 20 años y desde su llegada el pasado verano, no ha conseguido ganarse la confianza de Mauricio Sarri.
Las críticas por las malas actuaciones de De Ligt no se hicieron esperar y en su defensa abogaron su entrenador y el propio Leonardo Bonucci, con la intención de cortar cualquier debate que pudiera perjudicar al jugador. Al holandés se le mira con lupa tras ser uno de los nombres más destacados del pasado mercado estival, y después de haber estado en la agenda de grandes equipos como el Barça, el Real Madrid o el PSG.
Sin embargo, De Ligt hizo caso a los consejos de su representante y terminó fichando por la Juventus, donde hasta el momento, su participación ha sido poco menos que desastrosa. Los aficionados italianos no le perdonan su pésima actuación frente a Nápoles y Lecce, siendo tal vez la gota que colmaría la paciencia de muchos de los seguidores Bianconeri.
De estrella a relegado
Las altas expectativas que se depositaron en la joven estrella le están pesando sobremanera, una situación que contrasta con la de Frenkie De Jong. A diferencia de De Ligt, su compatriota sí que ha sabido encontrar su sitio dentro del Barcelona y sus actuaciones hasta el momento, están siendo de altura.
Si la confianza en cuanto a su fútbol pende de un hilo desde hace tiempo, con la renovación de Bonucci y la presencia de Chiellini en líneas defensivas, a De Ligt se le seguirá haciendo muy complicado consolidarse en la Juve. Hasta la fecha, el holandés no ha sabido hacerse un hueco en el primer equipo, por lo que la búsqueda de minutos en la zaga de la Juve se le está complicando más de la cuenta.