Riqui Puig volvió a ser víctima de una terrible persecución sobre un terreno de juego. El joven canterano del Barça, técnico y habilidoso como pocos en Segunda B, recibió un aluvión de palos por parte del Andorra, el equipo ascendido a golpe de talonario y propiedad de Gerard Piqué.
Fue un partido tenso, en que además de los tarascazos que se llevó Riqui también se engancharon fuertemente dos jugadores. Adrià Vilanova, hijo de Tito Vilanova, se las tuvo con el central del Barça Ronald Araujo, mucho más corpulento. Llegaron a las manos, aunque sin golpearse, y ambos fueron amonestados con amarilla.