Coutinho vive un año diferente y complicado esta temporada en el Bayern de Munich. Tras su paso por el Barça, tanto club como jugador decidieron que lo mejor para ambos sería que el brasileño continuase su carrera lejos del Camp Nou.
Así, el conjunto culé llegó a un acuerdo en forma de cesión con el equipo bávaro por una temporada, donde el Bayern pagaría 8,5 millones de euros y se haría cargo de la ficha del jugador. Además, también se incluía una opción de compra de 120 millones de euros.
Un tipo de contrato que obliga al jugador brasileño a estar en constante buena forma y en ser el objecto de todas las críticas a la mínima que su rendimiento descienda. Sin embargo, de momento los números del 10 en este primer tramo de temporada no son para nada negativos.
Coutinho celebrando su primer gol con el Bayern / EFE
Suma dos goles y tres asistencias en 11 partidos, en un club que es líder destacado en su grupo de Champions y está segundo en la Bundesliga, a solo un punto del sorprendente Borussia Mönchengladbach.
Su entrenador zanja todas las polémicas
Cada vez son más las voces que ponen en entredicho el rendimiento del brasileño, y que sugieren que el equipo alemán no debería ejercer la opción de compra por el jugador. Un hecho que ha obligado a su entrenador, Niko Kovac, a salir públicamente en defensa de Coutinho. El técnico ha querido destacar el compromiso del futbolista y ha lamentado que la suerte no le esté acompañando totalmente en el aspecto ofensivo.
"Philippe es un jugador que siempre se pone al servicio del equipo. Muchas personas esperan que él haga gestos mágicos. En los entrenamientos no deja de sorprendernos y, a veces, nos quedamos sin aliento cuando vemos de lo que puede hacer con el balón ", dijo el entrenador bávaro.
Kovac llegó incluso a afirmar que “Trabaja muy duro. Ha tenido mala suerte ofensiva, pero estoy muy feliz de poder contar con él". Así, de esta manera, el técnico del conjunto bávaro no dudó en defender a un jugador al que no le está acompañando la suerte en las últimas temporadas, pero que indudablemente atesora una calidad con la que, junto a un poco más de suerte y motivación, puede ser decisivo en cualquier equipo del mundo.