Zlatan Ibrahimovic no deja indiferente a nadie. Tiene una personalidad marcada y un carácter fuerte que le propina amigos y enemigos a partes iguales. Además, es un futbolista al que le gusta ser protagonista. Le gusta hablar y también que hablen de él. No importa si bien o mal. Lo importante es que hablen.

Este sentido del show ha aumentado desde que está en Estados Unidos. Allí ha dejado al fútbol en un segundo plano y se ha puesto a él y a sus palabras en el primero. Esta última temporada ha añadido a su juego a Carlos Vela, exjugador de la Real Sociedad que se ha dejado querer por el FC Barcelona.

El delantero mexicano se ha convertido en la estrella de la MLS sobre los terrenos de juego desplazando a Ibra a una segunda posición. Hace unos meses el delantero sueco admitió que ya no es el mejor, pero lo hizo lanzándole un dardo a Vela: "¿Está en su mejor momento y cuántos años tiene?¿29? Yo con 29 estaba en Europa, gran diferencia".

Obsceno

El destino quiso que Ibrahimovic, Vela y sus respectivos equipos, Los Ángeles Galaxy y Los Ángeles FC, se encontraran en las semifinales de la Conferencia Oeste de la MLS. Como ha sucedido a lo largo de la temporada, el delantero mexicano estuvo un peldaño por encima del sueco durante la eliminatoria. Vela anotó dos goles para la victoria de su equipo (5-3) frente al equipo de Zlatan, que solo pudo anotar uno.

Fue, quizás, el último partido del ex del FC Barcelona en Estados Unidos, pues se rumorea que podría acabar en el Nápoles en el mercado invernal. Y no se pudo despedir peor. Tras el encuentro, enfurismado por la derrota, Ibra se dirigió a la afición y se marchó del terreno de juego agarrándose las partes nobles con una mano.

Más allá del gesto obsceno, el delantero también realizó unas declaraciones controvertidas después del encuentro. Explicó que aún no ha tomado una decisión acerca de su futuro y señaló que "si me quedo, será bueno para la MLS, porque todo el mundo la mirará. Si no, nadie recordará qué es la MLS".

Ibrahimovic en estado puro. Mantiene intacta su clase sobre los terrenos de juego y también sus malos modales y su chulería fuera de ellos.