Leo Messi volvió a brillar en su segundo partido consecutivo completando los 90 minutos. Su actuación volvió a levantar al Camp Nou en distintas ocasiones en las que rozó el gol en sus habituales slaloms zafándose de todos los rivales. Con el 3-0 en el marcador y sin fortuna de cara a portería, el argentino por fin se deshizo de su sequía particular.
Anotó el cuarto de la noche para cerrar la goleada al Sevilla en su especialidad: el balón parado. Ante su víctima predilecta, a la que ya ha marcado 37 goles en 38 encuentros, para poner fin a una sequía de nueve partidos. Messi lideró, organizó y anotó, como es habitual, pero no se olvidó de uno de sus más allegados tras el pitido final. Los andaluces pusieron en aprietos al Barça pero no tuvieron fortuna de cara a portería.
Una situación que seguro que el capitán azulgrana comentó con Éver Banega, el 10 del conjunto sevillista y compatriota del rosarino, con el que charló distendidamente en el túnel de vestuarios.
Amistad, por encima de todo
Banega fue, como siempre, de lo más destacado del Sevilla pese a la derrota de su equipo. El líder del conjunto de Julen Lopetegui que no pudo doblegar a un Barça con más pegada que juego. Y tras la lucha por los tres puntos, llegó el pitido final y el abrazo entre dos compañeros de selección.
Ambos intercambiaron sus camisetas tras el encuentro y tal y como captaron las cámaras y compartió posteriormente Leo Messi en sus redes sociales, se sentaron a conversar en las escaleras del túnel de vestuarios del Camp Nou. Una imagen que resume a la perfección su amistad y la esencia de este deporte.
Se desconoce de qué hablaron, con el parón de selecciones a la vista y la ausencia de Messi con la albiceleste por sanción, así como la victoria azulgrana se postulan como los temas que trataron dos jugadores que tienen una magnífica relación. De hecho, Banega es uno de los más cercanos a Leo en la selección. Una realidad que el capitán azulgrana quiso plasmar en sus redes sociales. La amistad, por encima de todo.