El rendimiento se ve en el terreno de juego, pero más allá de los goles, las celebraciones en el Camp Nou y los entrenamientos existe otro factor de igual o más importancia que la preparación física: la alimentación. Una faceta del deporte de élite que ha obtenido especial relevancia en los últimos años y que es muy poco visible a los ojos de los aficionados.
Un factor indispensable para obtener el máximo rendimiento de los jugadores que el Barça ha querido demostrar en su primer episodio de Pros Behind the Pros (Los profesionales detrás de los profesionales). Una dieta equilibrada y acorde con cada perfil del futbolista es lo que se estudia en los primeros compases de la pretemporada.
Toña Lizárraga, nutricionista del club, explica la importancia de ese rol. "Hace años los futbolistas no daban tanta importancia a la nutrición y tampoco los clubs. Ahora todos tienen una o dos personas encargadas de la nutrición de sus jugadores". Los jugadores también perciben esa mejora que puede llegar a "controlar estados de ánimo, evitar lesiones o el descanso". Una alimentación que deben cuidar toda la temporada, pero en especial en pretemporada cuenta Lizárraga.
Dobles sesiones
Con la temporada a la vuelta de la esquina, el trabajo se acumula en todas las esferas del club y también en la cocina. Dobles sesiones de entrenamiento que implican doble trabajo para los cocineros y chefs de la Ciutat Esportiva Joan Gamper. Su jornada empieza a las 6 de la mañana, cuando reciben la mercancía y preparan el desayuno del primer equipo. A las 9 llegan comen y a las 9.30 todos se calzan las botas para realizar el primer entrenamiento.
A las 12.30 comen y más tarde, a las 17.30 tienen una merienda para la sesión de tarde. Una sesión que requiere recuperar energías y por la que los jugadores se llevan la cena a casa, específica y hecha para cada uno de ellos.
Personalizados
Una dieta que tienen que controlar que no cambie en los desplazamientos --este verano a Asia y Estados Unidos-- y que los futbolistas toman del trayecto del estadio al aeropuerto. Una comida que está "diseñada exclusivamente para cada jugador" cuenta Adrià Ponce, jefe de cocina de viaje. Asimismo, es de vital importancia que se sientan como si estuvieran en casa y que en cada traslado los hoteles ofrezcan mucha similitud. "La colocación de las mesas, la distancia a la comida, la temperatura del salón" todo influye, aseguran.
Marta Miguel, manager, explica que su función también es ejercer de "papás y mamás" y decirles que es mejor para ellos tomar hoy, carne o pescado. Ponce y Miguel son las dos caras conocidas de una plantilla que les busca para conocer su opinión sobre qué alimentos deben ingerir, especialmente en traslados fuera de Barcelona donde la variedad y la calidad de los alimentos no es la misma.
"Hay que controlar cada punto porque nos podemos cargar un partido. Si algún jugador se siente mal y no puede jugar, eso no puede pasar" explican. Un equipo que es la mano izquierda de un primer equipo y que es el primer paso para conseguir los objetivos que pasa totalmente desapercibido.