"Vete a la mierda", espetó Víctor Valdés al árbitro asistente del duelo que disputaron los equipos juveniles del FC Barcelona y el Girona el pasado domingo. Corría el minuto 90 de encuentro y el conjunto azulgrana vencía 1-0, pero ni el momento ni el resultado calmaron al exguardameta, que se pasó de frenada a la hora de protestar una decisión del colegiado.
Una actitud totalmente censurable y desmesurada que le costará un severo castigo al técnico del juvenil del club catalán. El Comité de Competición lo sancionó con dos encuentros y Valdés no se podrá sentar en el banquillo en los dos siguientes compromisos del equipo, ante el Atlético Villacarlos de Menorca ni contra el Lleida Esportiu en la Ciutat Esportiva Joan Gamper.
El de l'Hospitalet ha sido sancionado en base al artículo 117 del reglamento, el referente a Actitudes de menosprecio o desconsideración hacia los árbitros, directivos o autoridades deportivas. Valdés explicó que la expresión mencionada anteriormente iba dirigida a los integrantes del banquillo, algo que no evitó su sanción.
Siempre fue un futbolista que se caracterizaba por una personalidad arrolladora y un carácter fuerte, y ha trasladado esos rasgos a los banquillos. Este castigo debería servirle para pensárselo dos veces la próxima vez que no le guste una decisión del árbitro.