Sueño cumplido para una España que ha ido de menos a más durante todo el torneo y que consiguió imponerse ante una Argentina combativa, pero alejada de su mejor versión (75-95). La Roja de Scariolo salió decidida a conquistar su segundo mundial de baloncesto y aplastó a una albiceleste que lo intentó, pero solo podrá resignarse.
España fue mejor desde fuera la pintura, en defensa, en tiro y estrategia. Una selección que entra de nuevo en la historia. Fue mejor de principio a fin y el oro es más que merecido. Una medalla que coloca a España en lo más alto y con la que acumula once medallas en los últimos trece campeonatos, cinco de oro (Mundial 2006 y 2019, Europeos 2009, 2011 y 2015), tres de plata (Europeo 2007, Juegos Olímpicos 2008 y 2012) y tres de bronce (Europeos 2013 y 2017 y Juegos Olímpicos 2016).
Toque azulgrana
Scariolo alineó en la pista a los habituales, pero de los 16 convocados --todos importantes durante el campeonato-- destaca el toque azulgrana del equipo. Pierre Oriola, Pau Ribas y Víctor Clave juegan actualmente en el Barça, pero no hay que olvidar el paso por el Palau Blaugrana de Ricky Rubio, nombrado MVP del Mundial, y Marc Gasol.
La capital catalana fue su puesta en escena para dirigirse a la NBA temporadas atrás, donde ambos triunfan ahora en sus respectivos equipos Utah Jazz y Toronto Raptors, respectivamente. Cinco jugadores con pasado azulgrana de los cuales Gasol ha conseguido un hito histórico. El pívot es hoy por hoy campeón de la NBA y del Mundial. Una hazaña de la que 13 años después --tras el primer oro conseguido en un Mundial por España-- también es el único superviviente.