Nueva estafa y nuevo escándalo mediático en la red. El peligroso timo ha salpicado a distintas personalidades muy conocidas del panorama español. Víctor Valdés es la última víctima.
El exguardameta del Barça y actual técnico del Juvenil A del club catalán es víctima por el uso de su imagen personal sin consentimiento, mientras que las verdaderas personas afectadas son ciudadanos de a pie que creyeron en el falso uso de su cara para invertir en una plataforma falsa que prometía ingresos extraordinarios, e inmediatos, a través de la compra de Bitcoins u otras fórmulas pensadas para "ganar miles de euros de forma automática".
Valdés ha sido, junto a otras caras conocidas del panorama nacional e internacional, el reclamo de una campaña orquestada por una falsa compañía de inversión para estafar millones de euros. En el caso del exguardameta del Barça, la plataforma estafadora asegura que Víctor reconoce en una entrevista a El Hormiguero el éxito de sus inversiones en un artículo supuestamente recogido por El Mundo. Todo es mentira.
Todo es mentira
Precisamente en el programa de televisión que lleva ese nombre, Todo es mentira, se dio a conocer esta semana un caso similar que salpicó al propio presentador del informativo satírico. Risto Mejide, otro de los rostros utilizados por una de estas plataformas piratas, denunció públicamente en TV el uso de su imagen para fines ilegales.
Risto Mejide protagoniza una publicación de Instagram
El presentador de televisión explicó que dicha plataforma, de la que se desconoce el verdadero paradero y sede fiscal, utilizó su rostro para hacer publicidad y atraer a posibles inversores en el mundo del Bitcoin. Una campaña que ha incluido a distintos caras conocidas de la televisión, incluido su compañero de profesión Pablo Motos.
La fórmula
No es la primera vez que ocurre, pero sí la primera en que un jugador conocido por el barcelonismo forma parte, sin querer ni tener conocimiento, de una campaña de este tipo. Con un modus operandi definido, estas falsas empresas aprovechan la reputación de personalidades y famosos, aunque no de una repercusión mundial como podrían ser Leo Messi o Antoine Griezmann, para atraer a potenciales clientes a los que aseguran que sus ídolos han invertido en nuevo método.
Una foto de Víctor Valdés cuando aún jugaba con el Barça / Twitter
Unas afirmaciones totalmente falsas y que suponen la comisión de un delito, pero que es difícilmente perseguible y punible.
Un fraude
La situación ha enfadado profundamente al presentador. Mejide tildó la situación de "fraude" y aseguró que se trataba de "una auténtica estafa". Una opinión que seguro que comparte el guardameta y por la que ya se están tomando acciones legales con la Policía, el Instituto Nacional de Ciberseguridad y Google. En busca de la verdad, el presentador llegó a llamar a dicha compañía en directo durante el programa del martes, donde por vía telefónica, le aseguraron que Risto Mejide --sin saber que era él-- había invertido en el negocio. "Si sale que esa persona ha invertido con nosotros, suele ser así", explicaban al otro lado del teléfono en una escena surrealista.
Una conversación pública y grabada que confirma la estafa y por la que ya está en marcha una investigación policial. Asimismo, otro de los aspectos más llamativos del caso es la poca decencia con la que han elaborado la estafa. A través de Google, y otras redes sociales como Instagram, en el caso de Valdés, la empresa estafadora tampoco se ha esmerado en maquillar la estafa.
Una foto del falso anuncio de Víctor Valdés / Instagram
Casualmente, el texto que denunció en redes sociales Risto Mejide es exactamente el mismo que aparece bajo el rostro de Víctor Valdés. Ambos dieron las mismas declaraciones e incluso se llegó a falsificar, para dar credibilidad a la fuente, la página web que pretendía imitar a la de el diario El Mundo.
El caso es de extrema gravedad. De momento, se desconoce qué cifra han llegado a defraudar a través del uso de forma fraudulenta de la imagen Valdés, Risto Mejide o Pablo Motos, pero pese a la insistencia del presentador, estos anuncios todavía están disponibles en Internet y aparecen de forma aleatoria. Un escándalo del que aportamos algunas pruebas.