La polémica está servida siempre en Can Barça. Fichajes, jugadores y directiva centran el foco de atención del barcelonismo y la prensa, pero una de las polémicas más sentidas entre la afición azulgrana de este verano fue el cambio radical en la camiseta para esta temporada. El club catalán dejó atrás, por primera vez en su historia, la franjas vertical u horizontales para romper con una nueva propuesta estética: los cuadros.
Fue el tema de debate predilecto entre el barcelonismo antes de terminar la pasada campaña, pero parece que es una cuestión olvidada. La nueva elástica azulgrana ha sido un éxito en ventas y pese a que solo se ha vestido en partido oficial en una ocasión, contra el Betis en casa, no ha frenado a los aficiones para acudir a las tiendas azulgranas.
A los cuadros, también se ha interpuesto la segunda equipación. Una que tiene enamorado a toda la afición por su simbolismo histórico. Con ella se dio el pistoletazo de salida a la Liga en San Mamés y se visitó este sábado El Sadar. Una camiseta muy popular en el club que rinde homenaje a la Masía en su 40 aniversario de color amarillo y con una franja azulgrana que atraviesa toda la camiseta en diagonal.
La alternativa
Pero con un precio menor y un estilo renovado, el club ha apostado por la ropa de calle para vestir a la plantilla en sus desplazamientos ligueros. En Champions la casa norteamericana Thom Browne se mantiene intacta, pero esta temporada se abandonan los polos para pasar a las camisetas.
Para ello, el club ha recurrido a una camiseta negra básica con el estampado a cuadros azulgrana de la primera equipación para sus desplazamientos nacionales.
Una de las camisetas que promete ser un éxito en ventas y que tiene un precio de 30 euros y que también cuenta con la versión sudadera por 65. Todo pensado para llevar los colores azulgranas a todas partes.