Es pronto y la temporada todavía está lejos de decidirse, pero el enfado y las dudas del barcelonismo entorno a la figura de Ernesto Valverde se mantienen. Se generaron en su primera temporada, tras el batacazo en Roma, y revivieron la temporada pasada tras el varapalo en Liverpool, por segundo año consecutivo, y la guinda de la Copa del Rey ante el Valencia.
Dos años y tres títulos --dos de ellos dos Ligas con una autoridad incontestable-- que no parecen ser suficientes para una afición que necesita como agua de mayo levantar la Champions. Los complejos en Europa se han agudizado, provocados por las tres Orejonas consecutivas del Real Madrid, y sin Champions no hay paraíso.
El inicio liguero tampoco le acompañó. Derrota inesperada en San Mamés sobre la bocina con una Barça insulso y disipado. Frente al Betis, y sin conocer el fiesta en la que se convertiría el Camp Nou 90 minutos más tarde, la afición se postuló: un gran sector no le quiere.
Osasuna, otra prueba de fuego
El Txingurri es un hombre tranquilo en la derrota y en la victoria, pero esta temporada parece que cada partido será un examen final para el entrenador azulgrana. Algunas decisiones todavía no convencen y para el barcelonismo es prioritario que las 'vacas sagradas' pasen a un segundo plano si no rinden y que la cantera tome protagonismo.
Mientras algunos están convencidos de darle una tercera oportunidad, otros se reafirman en los hechos, especialmente en las redes sociales donde el hashtag #ValverdeOUT todavía se extiende. Eso sí, los culés más afines al estadio todavía tienen dudas: "Creo que es un entrenador pequeño para el Barça. La presión no creo que lo lleve bien, se ve cuando le entrevistan que sufre, que no está cómodo. Es muy buena persona, que es muy importante, pero tiene que ir más suelto y por eso creo que no acaba de gustar a una parte de la afición".
Otros son más contundentes: "Que se vaya ya" o "Si la plantilla está contenta con él a mi me gusta, si no fuera". La esperanza es lo último que se pierde y ahora la responsabilidad también recae en los jugadores a quienes algunos achacan los fracasos de los últimos años: "Aquí metes al entrenador que quieras y vamos, todos saben entrenar. Valverde no es el problema, es un buen entrenador, son los jugadores", justifican otros.
Valverde tiene margen de mejora pero deberá decidir. Su cabeza o la de algunos mitos. Osasuna le espera.