Leo Messi agitó el planeta fútbol con sus declaraciones tras el encuentro entre Argentina y Chile por el tercer puesto en la Copa América. La albiceleste se despidió del torneo en tercera posición venciendo a la roja y tomándose su revancha personal por las dos ediciones pasadas, pero el final no fue el deseado por el capitán.
Acabó expulsado con roja directa --por primera vez en su carrera-- por las provocaciones de Medel, pero tampoco quiso callarse ante los medios de comunicación. Tras finalizar el encuentro, el capitán tenía mucho que decir. Sus declaraciones días atrás fueron la previa a lo que acabó diciendo. En zona mixta, cargó de nuevo contra el arbitraje: "Con una amarilla bastaba, pero bueno, quizás lo que dije la vez pasada pasó facturas. Lo importante es que el equipo terminó bien la Copa. Quizá esto fue mandado y me pasaron factura por lo que dije". Asimismo, se mantuvo tan firme en sus declaraciones como en sus actos.
En un gesto poco común en él, Leo se plantó y no fue a recoger su medalla de bronce. El motivo lo dio él mismo ante los medios de comunicación: "No tenemos que ser parte de esta corrupción, de las faltas de respeto que sufrimos durante esta Copa América. Estábamos para más y no nos dejaron estar en la final. La corrupción, los árbitros y todo eso no permitieron que la gente disfrute del fútbol" y añadió: ""La Copa está armada para Brasil, ojalá los árbitros y el VAR no influyan y dejen competir a Perú, pero lo veo difícil".
Criticado
Una declaraciones que, con Brasil ya campeón, llegaron a oídos de algunos jugadores del combinado de Tite. De los cuestionados --ninguno de ellos compañero de Messi en el Barça-- ninguno hizo oídos sordos. Marquinhos habló también de frustración, aunque no la misma que sintió Leo: "Es frustrante que lo diga un jugador de su calidad, un crack que es admirado por todos. Los árbitros concedieron también muchas cosas a su favor en el Barcelona y la selección y no habló de corrupción en el arbitraje", señaló Marquinhos.
Un punto de vista que también comparte su compatriota Thiago Silva, y también compañero en el PSG, que también fue más allá y puso nombre y fecha a los regalos que cree que se le han hecho al argentino. "Es difícil comentar eso porque a veces cuando uno sufre una derrota intentar restar peso a su propia responsabilidad y culpa a los otros", y añadió: "No lo dijo por maldad, pero lo dijo. Salió de su boca". Unas declaraciones que trajeron a la mente del central un episodio que le tocó vivir en primera persona. Cuando el Barça goleó y remontó al PSG en el Camp Nou 6-1, Silva aseguró que la "actuación ridícula" del árbitro favoreció al club catalán, pero que en ningún momento los jugadores del PSG dijeron que se había ayudado al Barça. "Hay que respetar la historia. No es en vano que tenemos cinco estrellas y ninguna fue robada", sentenció.