No hay manera. Por enésima vez en los últimos años, la Argentina de Leo Messi cayó cuando menos lo merecía y cuando más cerca parecía el título. La albiceleste hizo méritos de sobra para superar a Brasil en las semifinales de la Copa América, pero la canarinha hizo valer su experiencia, veteranía e inteligencia para superar al cuadro capitaneado por el azulgrana y alcanzar la final (2-0). Un partido que disputarán por primera vez desde 2007, cuando ganaron precisamente a Argentina en la que fue la primera decepción del 10 con su selección.
Un duelo entre Brasil y Argentina nunca defrauda. Los dos combinados salieron totalmente metidos en el encuentro, y la intensidad y la tensión se palparon desde el primer minuto. Las faltas, las interrupciones y la presión alta de ambos conjuntos impidió que el juego tuviese cualquier continuidad durante el primer cuarto de hora.
Gabriel Jesús y Everton celebran el gol del futbolista del Manchester City / EFE
El encuentro sufría un severo atasco, y fue Dani Alves quien lo desatascó. En el 18', el brasileño recuperó un balón en la mitad de campo de la albiceleste, superó a dos adversarios y desarboló por completó a la defensa argentina. Una vez llegó a la frontal, cedió el balón a Firmino, que puso un gran centro para que Gabriel Jesús, a placer, inaugurara el marcador.
El mejor Messi
El gol del delantero del Manchester City fue un duro golpe para los de Scaloni, a los que les costó tomar la iniciativa, pues parecían estar más cómodos sin balón que con él. Con el paso de los minutos la albiceleste reaccionó de la mano (y los pies) de Leo Messi, que en semifinales realizó su mejor partido de todo el torneo.
El azulgrana se puso el equipo a la espalda y los brasileños solo podían pararle con faltas. El encargado de ello fue Casemiro, que tal y como suele hacer en los Clásicos derribó al 10 tantas veces como fuera necesario, sin ver tarjeta amarilla alguna. La mejora de Argentina se empezaba a notar en el terreno de juego y en el 30' llegó la primera gran ocasión. Messi puso una falta de forma magistral y Agüero la peinó a la perfección, pero la fortuna sonrió a Brasil y el remate del Kun fue repelido por el larguero. En el tramo final de la primera mitad, la canarinha hizo valer su veteranía y frenó el juego con jugadores que se desplomaban y balones parados que se demoraban.
Leo Messi durante el Brasil-Argentina / EFE
En la segunda mitad el guión no cambió. La albiceleste seguía apretando, mientras la verdeamarelha reculaba cada vez más. Lautaro Martínez tras un servicio de Agüero y De Paul, tras un gran pase de Lautaro, tuvieron las primeras ocasiones de la segunda mitad, aunque sin peligro para Alisson. Mayor amenaza fue el disparo de Leo Messi en el 57'. El 10 soltó un zurdazo desde dentro del área pero como sucedió en la primera parte, el poste volvía a estar del lado de Brasil y escupía su disparo.
El crack azulgrana tuvo otra ocasión, la última, con un disparo de falta en el que Alisson le adivinó las intenciones. Minutos después, cuando más cerca parecía el gol de Argentina, llegó el de Brasil. Gabriel Jesús se aprovechó del desbarajuste defensivo de la albiceleste y tras una gran conducción, en la que superó primero a Pezzella, luego a Otamendi y finalmente dejó sentado a Foyth, le devolvió a Firmino el favor del primer gol y el del Liverpool remató a placer y sentenció el encuentro. Con ese tanto el partido terminó, aunque faltaban más de 20 minutos. Los de Scaloni arrojaron la toalla y cualquier mínima oportunidad que tuvieron de reengancharse al duelo fue desbaratada por Brasil, que apenas se incomodó en la recta final del encuentro.
Arthur, creador; Coutinho, intenso
Aunque no tanto como Messi, los otros dos azulgranas del encuentro, Philippe Coutinho y Arthur Melo, también destacaron. El mediapunta volvió a desequilibrar con espacios y mostró una intensidad con y sin balón prácticamente inédita en el Camp Nou. Fue el enganche entre el centro del campo y los delanteros. La nota negativa fue la ocasión que falló en el 50', que podría haber ahorrado mucho sufrimiento a Brasil.
Coutinho y Lionel Messi en un lance de las semifinales de la Copa América EFE
Por lo que respecta al centrocampista, hizo lo que mejor sabe hacer. Oxigenar el juego de su equipo, acertar en todas y cada una de sus decisiones y ofrecer a sus compañeros la posibilidad de mantener el balón durante un largo tiempo. En sus pies nacieron gran parte de las jugadas de la canarinha. Y aunque no es su mayor virtud, también estuvo excelso en la presión. De Paul tendrá pesadillas con él.
Arthur y Coutinho lucharán el próximo domingo ante el vencedor de la semifinal entre Chile y Perú por lograr el primer título internacional con su selección. Ese que, obviando el oro olímpico de 2008, se le sigue resistiendo a Leo Messi. Ahora es difícil pensar en ello, pero lo mejor para el 10 es que el próximo verano tendrá otra oportunidad.