Brasil superó a Argentina. Quizás el partido de este miércoles fue el mejor partido de la albiceleste en esta Copa América pero Messi no pudo conducir a su equipo hasta la victoria. Lo intentó pero sin éxito, la canarinha es más equipo y lo demostró. Ejercieron una intensa presión que dificultaron el trabajo de Lautaro Martínez, del Kun Agüero y del capitán del Barça.
Por lado brasileño, la delantera se sintió más a gusto, con un equipo a quien le cuesta cerrar las líneas atrás. Así llegaron los dos goles: errores en el repliegue y pérdidas en la construcción de jugada. Dos tantos para los locales y dos palos para los visitantes, la diferencia en el marcador también dependió de la efectividad.
Gabriel Jesús fue el hombre de la noche
Tite sacaba de inicio un 4-2-3-1. Philippe Coutinho -bastante discreto- partía de la media punta, acompañando en las bandas por Everton y Gabriel Jesús. En punta como referencia había Roberto Firmino, delantero del Liverpool. Estos dos últimos se intercambiaban a menudo las posiciones, algo que volvía locos a Otamendi y a Tagliafico.
El primer gol llegó de uno de esos intercambios de posiciones, Dani Alves recuperaba un balón en la zona de creación y se iba de hasta tres jugadores. Tras el último recorte, filtraba un balón “a lo Laudrup” a Firmino que llegaba de hacer un buen movimiento en diagonal. El del Liverpool le regalaba a placer el gol a Gabriel Jesús con un centro raso, fuerte y bien dirigido.
Cuando más atacaba Argentina, Brasil aprovechó los espacios detrás. Fue Gabriel Jesús quien le arrebataba el balón en una pugna con el joven Foyth y empezaba la jugada. También ser regateaba a Pezzella por potencia y entraba en el área tras el agarrón de Otamendi. Allí hacía un gran recorte que dejaba sentado a Foyth y le cedía el gol a portería vacía a Firmino. Una jugada de ensueño.
Coutinho, desaparecido
El 7 del Barça era uno de los grandes argumentos ofensivos de la canarinha pero no firmó una gran actuación, lejos está del primer partido de la Copa América donde marcó un doblete y fue nombrado MVP. Jugó en horizontal y se limitó a acompañar los contraataques de sus compañeros ofensivos, mucho más rápidos que él.
Messi y Coutinho luchando un balón en la Copa América / EFE
Eso no lo evitó tener el gol de la victoria en sus botas durante la segunda parte. Una acción de Gabriel terminaba con el balón muerto dentro del área. Tras controlarlo, envió su disparo por encima del travesaño. Aún así estuvo muy activo durante todo el encuentro, reclamando el balón.
Su actitud era contrapuesta con lo que le vemos al Camp Nou. Se comió al árbitro tras las numerosas faltas argentinas, pero no se escondió. Con Brasil se siente protagonista mientras que el Barcelona siempre está en la sombra de los grandes.