Este sábado se iniciaba la final de la Liga Endesa que deparaba un clásico. El Real Madrid (87-67) hizo valer el factor campo y se llevó el primer punto de la serie con una exhibición de sus individualidades que, sumadas a una falta de ilusión y de ambición del Barça, hicieron decantar la balanza.
Los culés salieron a un frío Palacio de los Deportes sin la intensidad que pide una final de este calibre. Los de Pablo Laso atropellaron a los culés ya en la primera parte, dejando sin opción de reacción a los catalanes. La falta de actitud pasó factura, también las individualidades blancas. La segunda parte fue un paseo blanco.
Llull, Rudy y Campazzo hicieron valer su calidad, sobre todo desde la línea de tres. Antes del descanso firmaron un 50% de acierto de triples -8 de 16 por 1 de 7 por parte del Barça- que puso el 47-32 en el marcador. La mala defensa exterior de los blaugranas fue una de las claves evidentes de la derrota en Madrid.
En la segunda parte las cosas no mejoraron. Un gran Campazzo anuló cualquier reacción blaugrana y no se pudo firmar la sorpresa. El argentino firmó 19 puntos y un 26 de valoración. Una diferencia final de 20 puntos que deja al equipo en evidencia.
Poca plantilla y sin ideas
El Barça de Pesic solo usó un total de nueve jugadores mientras que los blancos contaron con once hombres -casi la totalidad de su plantilla-, un detalle que en este tipo de finales se nota, sobre todo en la segunda mitad. Tras el descanso mostraron más orgullo propio pero cayeron en el cuarto cuarto firmando el desastre.
En la primera parte, los azulgranas solo se sintieron cómodos cuando pudieron correr. En estático se les vio faltos de ideas. A esto, cabe sumarle una buena defensa del Real Madrid, que salió desde el primer minuto a por el partido, anulando cualquier reacción de los catalanes.
“No hemos estado en el partido”
Pierre Oriola es el capitán dentro y fuera del campo. El catalán habló en los micrófonos de Movistar Plus reconociendo la poca actitud que mostraron en los dos primeros cuartos con un “en ningún momento hemos estado en el partido”. Firmó 13 puntos, seis rebotes y fue el mejor en rendimiento y en actitud. "No hemos venido a morir", explicaba el de Terrassa en RAC1 tras el partido.