A Ronald Koeman le han bastado 16 meses para volver a situar a Holanda en la cumbre del fútbol europeo y mundial. La misma selección que en 2018 fue incapaz de lograr la clasificación para el Mundial disputará el próximo sábado la final de la primera edición de la UEFA Nations League. La oranje batió a Inglaterra (3-1) tras una prórroga y mucho sufrimiento.
El gran protagonista del encuentro fue Matthijs de Ligt, tanto en el aspecto negativo como en el positivo. En la primera parte los holandeses dominaron el balón a su antojo. Ellos estaban cómodos con el esférico y a Inglaterra no le molestaba estar sin él. Los de Koeman tuvieron la posesión y las ocasiones.
A su rival le bastó con un error monumental del central ajacied para adelantarse en el marcador. El joven futbolista la perdió ante Rashford al borde del área y, cuando el del Manchester United se disponía a disparar, De Ligt lo derribó y cometió penalti. El mismo Rashford fue el encargado de batir a Cillessen desde los once metros (0-1).
Redención y a la final
En la segunda mitad las tornas se repitieron. Holanda tenía el balón e Inglaterra, con ventaja en el marcador, se atrincheró atrás, aunque lograba crear peligro gracias a sus vertiginosos contrataques. Pasaban los minutos y la oranje no daba con la tecla para poner a los de Southgate contra las cuerdas.
La mayor amenaza eran los disparos lejanos que, en realidad, no podían resultar más inocentes. Salvo cuando se convertían en saque de esquina. Con Van Dijk y De Ligt en sus filas, los holandeses tienen en el balón parado una de sus mejores armas. Y en una de estas, el del Ajax entró hasta la cocina y remató a placer (1-1).
Matthijs de Ligt anota el primer gol de Holanda / EFE
Los minutos finales fueron infartantes, con ocasiones para ambos bandos, pero ninguno de los dos logró materializarlas. El encuentro se marchó a la prórroga donde Holanda, sirviéndose de los errores ingleses, selló su clasificación para la final. Primero, Depay le birló el balón a Stones, su disparo lo detuvo Pickford pero en el rechace entre Promes y Walker introdujeron el balón en la red. En la segunda mitad fue Promes quien se aprovechó del error de Barkley para servirle el balón en bandeja a Depay que, sin oposición, anotó el 3-1 definitivo.
Magistral De Jong
Mención aparte merece la exhibición que ofreció Frenkie de Jong sobre el tapete del Estadio Municipal de Guimaraes. El ya jugador del FC Barcelona fue el gran culpable del dominio que mantuvo Holanda durante todo el encuentro. Fue el ancla que unió a los defensas con el resto del equipo y el futbolista que le dio sentido al juego de posesión de la oranje.
Frenkie de Jong pelea un balón con Kyle Walker / EFE
Fue imposible verle perder un balón. Delph, Rice, Barkley, Henderson y compañía solo podían correr detrás suyo. Ordenó a su equipo, acertó en todas y cada una de sus decisiones. Siempre bien colocado, sabía a qué compañero dar el balón para lograr una situación de ventaja. Prácticamente todas las jugadas de Holanda pasaron por sus pies. Y cuando los tulipanes debían defender, él era el primero que se sacrificaba. Por si quedaba alguna duda, volvió a demostrar al mundo que tiene talento para aburrir. El FC Barcelona tiene centrocampista para muchos años.
Cristiano amenaza a Messi (pero no le asusta)
En la final, Matthijs de Ligt y Frenkie de Jong se encontrarán con la Portugal de Cristiano Ronaldo, que destrozó a Suiza (3-1) en la otra semifinal, disputada el miércoles. El futbolista de la Juventus de Turín lideró a los lusos desde el primer minuto hasta el último. Repartió juego, encaró y desbordó a los rivales infinitas veces y, por supuesto, anotó los tres goles de su selección.
El exmadridista adelantó a los suyos en el 25' mediante un libre directo ejecutado a la perfección. Ajustó el disparo al palo de Sommer y el guardameta, que dio un paso en falso hacia el poste contrario, no pudo hacer nada. Ricardo Rodríguez, desde el punto de penalti, igualó el encuentro en el 57'.
Cristiano Ronaldo celebra uno de los goles que anotó con Portugal / EFE
Y cuando parecía que el encuentro se iba a la prórroga, Ronaldo lo dinamitó. Primero (88'), se valió de un buen centro de Bernardo Silva para remachar el balón al fondo de la red. Después (90'), fue él quien creó la ocasión y la convirtió. Llegó al borde del área, una bicicleta le bastó para superar al defensa, se creó el espacio y, con todo el tiempo del mundo, soltó un disparo inalcanzable para el arquero suizo.
El próximo domingo se vivirá la segunda batalla de Cristiano Ronaldo contra Matthijs de Ligt y Frenkie de Jong. La primera tuvo lugar en los cuartos de final de la Champions League y la Juventus del luso acabó sucumbiendo ante el Ajax de los holandeses. En casa y con el apoyo de la afición, el portugués tratará de tomarse la revancha.