Falta menos de un mes para que acabe la temporada y sigue siendo toda una incertidumbre quién se sentará en el trono de hierro. Dejando el de la ficción para otros medios, nos vamos a centrar en el real. El curso futbolístico está terminando y mientras los equipos luchan por conseguir títulos, los mejores futbolistas pelean por lograr las distinciones individuales.
Los campeonatos domésticos son el campo de entrenamiento, pero la arena donde se libra la verdadera batalla es la Champions League. Salvo algunas excepciones, en la última década el Balón de Oro y el The Best los ha alzado el referente del equipo que al final de la anterior temporada ha alzado la orejona.
Son muchos los jugadores que aspiran a sentarse en el trono de hierro, pero solo uno lo consigue. Esta temporada el gran candidato apuntaba a ser Leo Messi, líder indiscutible del FC Barcelona. El argentino se ha puesto al conjunto azulgrana a la espalda y todo parecía indicar que guiaría a sus compañeros hasta el Wanda Metropolitano, pero la debacle de Anfield le complica la consecución del trono de hierro.
El camino
Ahora que el curso está a punto de terminar, es hora de volver la mirada hacia atrás y observar si alguien ha hecho más méritos que La Pulga para sentarse en el trono de hierro.
El 10 fue el verdugo del Olympique de Lyon en octavos de final. La fortuna no le sonrió en el partido de ida pese a ser el mejor del encuentro, pero en la vuelta no tuvo piedad. Anotó el primero desde el punto de penalti y, cuando el equipo catalán parecía sufrir con el 2-1, remató al cuadro francés con un gol y dos asistencias.
Leo Messi celebra su segundo gol ante el Olympique de Lyon / EFE
En esa misma ronda se despidieron de la lucha por el trono cuatro de sus seis teóricos rivales. Neymar, que no pudo jugar, y Kylian Mbappé, que fue de más a menos, perdieron toda opción de levantar el Balón de Oro después de que el Manchester United eliminara al Paris Saint-Germain. Griezmann y su Atlético de Madrid parecían tenerlo todo hecho para clasificarse para cuartos de final, pero Cristiano Ronaldo, desaparecido en el partido de ida, lideró la remontada y presentó su candidatura a recuperar el trono de hierro que le arrebató Luka Modric. El croata no podrá mantenerlo después de que el Real Madrid fuera eliminado de forma humillante por el Ajax.
En cuartos de final se repitió el guión. Messi lideró al FC Barcelona en el partido de vuelta ante el Manchester United, anotó un doblete y clasificó a los azulgrana para semifinales. Cristiano Ronaldo volvió a demostrar que era un gran candidato, pero el Ajax, al contrario, que el Atlético de Madrid, no se acobardó y acabó con el Rey de la Champions. Mientras tanto, y sin hacer ruido, Mohamed Salah y Van Dijk, con sus escuderos Sadio Mané y Roberto Firmino, destrozaron al Oporto de Iker Casillas.
Nuevos aspirantes
Las semifinales depararon una final anticipada, que podía definir quién ocuparía el trono de hierro, aunque faltase por emitir el episodio final. La eliminatoria entre FC Barcelona y Liverpool fue desde el primer momento sinónimo de una batalla entre el heredero legítimo al trono, Leo Messi, y dos futbolistas a los que hace unas temporadas nadie nombraba en las quinielas y ahora son tan aspirantes como el resto: Salah y Van Dijk.
En el primer partido el 10 fue el claro ganador, aunque los jugadores reds no lo pusieron nada fácil. En el encuentro de vuelta, con el egipcio fuera por lesión y el holandés tocado (aunque jugó), el Liverpool humilló al FC Barcelona (4-0), se clasificó para la final y puso en jaque la candidatura del argentino a levantar su sexto Balón de Oro.
Leo Messi disputando un balón con Virgil Van Dijk en el Camp Nou / EFE
En la otra semifinal emergió la figura de Lucas Moura. El hat-trick del brasileño llevó al Tottenham a la primera final de Champions de su historia. Es improbable que el brasileño pueda alzarse con ningún tipo de premio individual, pero sí que podrían hacerlo sus jefes de filas, Christian Eriksen o Harry Kane, en caso de que el conjunto londinense alzara la orejona.
La lucha por el trono de hierro siempre guarda sorpresas. Aunque el desenlace parezca previsible, un giro de guión lo puede torcer todo, tal y como le pasó a Leo Messi. No hay dudas de que el argentino ha sido el mejor futbolista del mundo esta temporada, pero como ha sucedido en cursos anteriores, se podrían premiar los éxitos colectivos.