La eliminación del Barça en Champions League a manos y merced del Liverpool todavía vive en el barcelonismo. Una herida tan reciente como si no hubieran pasado los días que nadie del club ha digerido todavía. Con la directiva centrada en las decisiones de futuro que deberán tomarse, Valverde y el staff técnico de capa caída, y el vestuario rehaciéndose para encarar los dos últimos partidos de Liga y la final de Copa del Rey, los azulgranas han despertado de su silencio público.
Tres días después del batacazo europeo, varios jugadores azulgranas pusieron voz a sus sentimientos a través de las redes sociales para dirigirse a una afición que está más que decepcionada con su equipo. Si Busquets fue quien atendió a los medios de comunicación, el cuarto capitán, Sergi Roberto optó por pedir disculpas en Instagram.
Un mensaje que prosiguió Marc André Ter Stegen, uno de los capitanes sin brazalete del conjunto culé que, con total sinceridad, mostró la grandeza de su figura. Fue el único, junto a Busquets, quien agradeció a la afición azulgrana su presencia en Anfield antes de volver al vestuario de Anfield.
El futuro
Y con esa imagen gravada en las retinas del barcelonismo, así como la de un portero abatido, el alemán ha vuelto a sorprender a la afición con un mensaje que va más allá de unas meras disculpas. Junto a una fotografía tras el pitido final de Anfield, arranca: "Disculpas por este mensaje tardío. Tuve que liberar mi mente tras el partido antes de revisar lo que pasó y aún estoy en ello. Recibí muchos mensajes y quiero agradeceros vuestras palabras de ánimo, vuestra empatía y respeto" y prosigue: "Sois todos increíbles. Vuestro apoyo mantiene nuestras cabezas arriba y es lo que necesitamos ahora. La temporada todavía no ha acabado y todavía queda otro título por el que pelear, la Copa del Rey. Juntos podemos hacerlo".
Un mensaje sincero que además no rehuye del castigo que, presumiblemente, infligrá el barcelonismo en el Camp Nou este domingo durante la visita del Getafe en el retorno a la Liga. Por ello, pidió unidad máxima y espetó: "El domingo es el último partido de la temporada en casa y espero veros a todos allí. Visca el Barça".
Un mensaje claro y contundente. La derrota es pasada y todavía hay 270 minutos que jugar, entre ellos una final, para dar la cara y demostrar que este equipo sabe levantarse de las peores situaciones. Un mensaje tan sincero como rotundo que destaca su carácter y su ambición y que tiene más de capitán que el silencio de otros.