¿Una maldición? Pocos creen en ello visto lo visto. El Liverpool es justo y merecedor finalista del Champions League tras derrotar a un Barça desconectado y falto de todas las virtudes de su juego.
Un equipo que no fue ni la sombra de lo que puede ser y ha demostrado y que se vio sobrepasado por el físico de los ingleses y un Anfield entregado. Casualidad o no, la segunda debacle del Barça consecutiva se ha dado entre casualidades nefastas para el barcelonismo. Los azulgranas eran claros favoritos para alzarse con el título tras el 3-0 del Camp Nou, pero ni una semana después se acabó.
Sin celebración en la capital
Casualidad o no, esta es la segunda vez que el Barça cae eliminado estrepitosamente con una final en Madrid. La primera vez que ocurrió fue en 2010, tras conquistar la Champions en 2009 ante el Manchestrer United en Roma, los azulgranas volaban a por su segunda orejona consecutiva con el aliciente de la capital española y el Santiago Bernabéu como máxima competición.
Una foto de José Mourinho celebrando la victoria del Inter de Milán en el Camp Nou en las semifinales de 2010 / Twitter
En el camino se cruzó el Inter de Mourinho que ganó el primer asalto en tierras italianas 3-1 y que no pudieron remontar en el Camp Nou (1-0). Esa fue la primera final en Madrid que se perdió el Barça y que se suma a esta otra. También en semifinales, con diferente estadio pero con la misma voluntad del barcelonismo: ir a Cibeles a celebrar el triunfo.
Otras nefastas casualidades
Maldición o no, la eliminación ante el Liverpool coincide con otra más dolorosa. En el décimo aniversario del 'Iniestazo' la magia del manchego no se trasladó a ninguna bota azulgrana y no solo se revivieron los fantasmas de Roma. También los del 7 de mayo de 1986. 33 años después el Barça de Valverde protagonizó otra hecatombe histórica.
En aquella ocasión fue en la final de la Copa de Europa celebrada en Sevilla ante el Steaua de Bucarest. Allí y por aquel entonces el Barça también era favorito ante los rumanos y acabó cediendo la que hubiera sido la primera Copa europea del club catalán, que más tarde llegaría en 1992.