En El Chiringuito de Jugones tampoco se esperaban el desenlace del Estadio de la Cerámica (4-4). En el minuto 90 el partido iba 4-2 a favor del Villarreal pero los culés aún no habían dicho la última palabra. En el 90, Leo Messi marcaba un gol de falta y tres minutos más tarde lo hacía Luis Suárez.
Los groguets -17 en la clasificación- se iban decepcionados a casa. Su equipo había hecho un muy buen partido pero ni así podían sumar los tres puntos. El equipo de Josep Pedrerol se desplazó a Castellón para vivir en primera persona las reacciones de la afición a otra decepción.
“Muy enfadado con el arbitraje”
La afición del Villarreal salió muy molesta con su equipo pero también con la actuación de Hernández Hernández. El árbitro expulsó en el minuto 86 a Álvaro González por doble amarilla debido a una dura entrada hecha a Luis Suárez. “La expulsión lo ha condicionado todo”, decía una aficionada.
Otros le reprochaban al colegiado el tiempo de añadido: “alarga cuatro minutos cuando tenían que ser tres”. Una aficionada muy enfadada decía en El Chringuito que “una vergüenza, así gana el Barcelona. Apoyan más al grande que al pequeño”.
Alguno tiraba de ironía sobre la actuación de Messi -autor del tercer gol-: “El árbitro no le pita un penalti a Messi, le pita faltas porque lo tiene más fácil”. Los groguets atribuyen parte de la culpa del pinchazo a última hora al árbitro y no a sus jugadores que tenían dos goles de margen. Los culés lucharon hasta el último minuto y tuvieron su recompensa.