Los incidentes que protagonizaron los Boixos Nois en Lyon con motivo del encuentro de ida de cuartos de final de la Champions League despertaron la alerta en el FC Barcelona. Pero estos seguidores radicales, a los que Joan Laporta echó del Camp Nou en el año 2003, habían vuelto a las andadas poco a poco en los últimos años. El expresidente azulgrana los dejó fuera del Estadi pero seguían encontrándose en la calle.
Se juntan habitualmente en el bar La Jarra, a 150 metros del feudo catalán. Los Mossos los controlan para evitar altercados. De hecho, el pasado 9 de marzo, en una redada, los cuerpos de polícia encontraron un auténtico arsenal: 22 palos de madera, 16 porras extensibles, cuatro puños americanos, tres sacos con ladrillos y escombros... Y se sospecha que pretendían usarlo contra los ultras del OL, que visitaron Barcelona el pasado miércoles 13 de marzo.
Aunque siguen teniendo presencia, los Boixos han perdido fuerza entre los grupos radicales del FC Barcelona, tal y como señala la periodista Rebeca Carranco en El País. El colectivo que ha crecido más y ha captado más adeptos en los últimos años son los Cachorros, una filial del grupo ultra principal.
"Ganas de comerse el mundo"
Personas cercanas al entorno de los Boixos aseguraron al rotativo del grupo Prisa que "los de siempre ya no tienen ganas de meterse en jaleos", mientras que el nuevo grupo de seguidores radicales "tienen ganas de comerse el mundo" y convertirse en la afición que provoca más temor en España y Europa.
Los Cachorros están controlados por gente joven. Nacieron en la temporada 2016-17 junto al Miniestadi, donde estaban menos controlados que en los alrededores del Camp Nou. Entonces empezaron los altercados. En 2017 increparon a la afición del PSG en un partido de la Champions femenina. Entraron al campo en un partido contra el Racing. En noviembre de ese año, primer día como colectivo en el Estadi, fueron expulsados por insultos a los rivales. Y en diciembre provocaron destrozos cuando se desplazaron al Estadio de la Cerámica.
Los Boixos Nois en la previa de un clásico / EFE
En 2018 buscaron encararse con las aficiones de Valencia o Espanyol, cometieron agresiones contra los seguidores del Atlético en un partido de la Youth League, protagonizaron una pelea contra aficionados del PSG, contra el Chelsea y se las tuvieron con los Bukaneros en la visita del FC Barcelona al Rayo Vallecano. En el último año, de acuerdo con El País, los Mossos cuentan unos diez incidentes violentos.
Que es un grupo que está recobrando fuerza a pasos agigantados lo demuestra el corteo que realizaron en mayo del año pasado antes del duelo contra el Real Madrid. Unas 2.000 personas, incluyendo Boixos, Casuals, Cachorros y Supporters, partieron hacia el Camp Nou en una marcha que tuvo pirotecnia y gritos de "Barça o muerte".
Tolerancia cero
Los incidentes que se produjeron en Lyon supusieron un antes y un después. El FC Barcelona dio un paso al frente y se mostró muy restrictivo con estos grupos radicales. Debido a los altercados que se produjeron en la ciudad francesa, el Barça suspendió a dos peñas que dieron entradas a los ultras y a algunos socios.
Pancartas de los Boixos Nois en el estadio del Olympique de Lyon / EFE
Hace unas semanas se dio un paso adelante después de que la Comisión Antiviolencia definiera a Boixos, Casuals y Cachorros grupos radicales violentos, de manera que no podrán exhibir su simbología en ningún estadio de España ni tampoco entrar como grupo.
Ahora, la otra preocupación es estudiar su importancia en el Espai d'Animació. Los Boixos tienen prohibida la entrada, pero varios Cachorros entran y controlan la animación. Teniendo en cuenta las palabras del portavoz Josep Vives, que anunció que ante estos ultras "tolerancia cero", debería ser el siguiente paso que diera la entidad azulgrana.