El 27 de febrero se convirtió, desde el año pasado, en un día especial para el FC Barcelona. Hoy hace un año que falleció Enrique Castro, Quini, debido a un infarto de miocardio. El asturiano militó en las filas del club azulgrana entre 1980 y 1984. Le bastaron cuatro años para anotar 53 goles en 73 partidos y convertirse en un mito del barcelonismo. Este miércoles, en motivo del aniversario de su fallecimiento, el presidente Josep Maria Bartomeu ha querido dedicarle una emotiva carta en el diario El Mundo. El texto completo, a continuación:
"Nadie podrá olvidarlo. Un año después de su fallecimiento, esa es la conclusión a la que llegamos los barcelonistas cuando pensamos en Enrique Castro, Quini. Los que tuvimos la suerte de conocerle de cerca recordamos sus abrazos y sus risas. Quini era cercano, humilde, entrañable, tenía unos principios muy firmes, era amigo de sus amigos y de todo aquel que lo necesitara. Era una persona que se hacía querer tanto por sus méritos futbolísticos como por su calidad humana. Y el de Quini era uno de esos casos en que la valía humana se percibía también en el terreno de juego.
Su fichaje por el Barça se intentó hasta en dos ocasiones, en 1974 y en 1976, con la idea de formar un tándem con Johan Cruyff en la delantera, pero el Sporting siempre se mostró inflexible. Los barcelonistas lo querían en el Barça, incluso en 1977 Cruyff todavía soñaba con hacer pareja atacante con el asturiano. Decía de él que tenía sentido de gol, que se desmarcaba fenomenalmente y que colaboraba en todas las jugadas de ataque. Hubiera sido fantástico verlos jugar juntos, pero no pudo ser.
Hay que recordar los cinco títulos que ganó con la camiseta azulgrana en las cuatro temporadas que jugó, entre 1980 y 1984. Especialmente emotiva fue la Recopa del 82 ante el Standard de Lieja, donde marcó un gol; o los dos trofeos Pichichis o los 101 tantos marcados en 178 partidos, entre los que destaca el gol 3.000 de la historia del Barça en la Liga.
El amargo episodio de su secuestro, en su primer año en nuestro club, es una de las páginas más tristes de la historia del FC Barcelona. Con el corazón encogido vivimos uno a uno aquellos 25 días en que el asturiano estuvo privado de libertad. Días de gente apostada frente a su casa, esperando noticias, angustiada y triste. Pero Quini tenía un corazón enorme. Tan grande que incluso supo perdonar a sus captores.
Para que se hagan una idea de su humildad hay que recordar que él mismo había asegurado que temía no cumplir con las expectativas que había generado entre los aficionados azulgrana. Pero El Brujo no tenía motivos para preocuparse, ya que con el Barça rindió muy bien y supo defender los colores como el que más.
Más recientemente, en abril de 2016, el club le hizo un sentido homenaje antes de un partido contra el Sporting y tuve la oportunidad de entregarle el escudo de oro y brillantes en reconocimiento a todo lo que nos dio como jugador y a su vínculo emocional con la familia azulgrana. Francamente, él no se lo esperaba. Fue una sorpresa, y humilde como era, no dejaba de repetir que no se merecía ese homenaje. '¿Cómo es posible que todavía os acordáis de mí?', repetía, prácticamente entre lágrimas.
La mejor manera de resumir su vida y su legado es recordando unas palabras suyas que retratan a la perfección su perfil humano. Una vez dijo: 'Yo soy simplemente una persona normal que ha tenido la suerte de hacer muchos goles'. Y así es como te recordaremos siempre, Quini."