Noche dispar la que sufrieron dos de las principales estrellas mediáticas de la Champions League, Cristiano Ronaldo y Pep Guardiola. La Juventus del portugués perdió en el Wanda Metropolitano ante el Atlético de Madrid (2-0) y el Manchester City logró una victoria in extremis en Gelsenkirchen contra el Schalke (2-3) que le servirá para afrontar el encuentro de vuelta en el Etihad Stadium con cierta tranquilidad de cara a lograr el pase a cuartos de final.
Mucho más complicado lo tendrá Cristiano Ronaldo para levantar su cuarta Champions League consecutiva. El resultado que cosecharon los turineses en la capital española se antoja muy complicado de remontar. Necesitarán como mínimo un 2-0 si quieren mandar el encuentro de vuelta a la prórroga y un 3-0 si quieren superar la eliminatoria. Un gol del Atlético de Madrid en el Juventus Stadium dejaría la clasificación colchonera (aún más) sentenciada.
El mejor Atlético hasta la fecha
La final de la Champions League se disputará en su estadio y eso sin duda supone un plus de motivación para ellos. Salieron a por todo y fueron superiores durante los noventa minutos. El primer gol tardó en llegar (78'), pero el equipo de Cristiano Ronaldo y compañía fue totalmente barrido del césped del estadio que albergará la final en tres meses.
El Cholo Simeone, fiel a sus ideales, dio la titularidad a un Diego Costa que disputó los primeros minutos después de la lesión el pasado domingo en Vallecas. El hispanobrasileño respondió y hasta que se le acabó la gasolina fue uno de los mejores futbolistas del conjunto rojiblanco: peleó con Chiellini, Bonucci, De Sciglio y con quien se le puso por delante, descargó una infinidad de balones caídos del cielo y fue el referente ofensivo durante los 57 minutos que estuvo sobre el césped.
Diego Costa pelea un balón con Mattia de Sciglio / EFE
La primera ocasión del encuentro fue para los italianos. Cristiano Ronaldo lanzó una falta desde muy lejos y obligó a Jan Oblak a intervenir. Podría considerarse que esa ocasión fue un espejismo, pues el dominio del Atlético de Madrid durante el resto del encuentro fue total. Sin muchas ocasiones y sin mucho peligro, pero el ritmo del duelo fue el que quisieron los rojiblancos que fuera.
Las oportunidades más peligrosas llegaron tras el descanso. Primero Diego Costa encaró al guardameta Szczesny, lo engañó y cuando mejor lo tenía incomprensiblemente la mandó fuera. Unos instantes después llegó la primera ocasión de Griezmann, que fue desbaratada por el polaco. El francés se inventó una exquisita vaselina, pero el arquero de la Juve rozó el balón con los dedos e impidió que el Atlético se adelantara.
Giménez celebra el gol que anotó contra la Juventus / EFE
Los rojiblancos se crecían y los bianconeri menguaban y aunque tardó, el premio llegó. Marcó Morata, pero el VAR determinó que había empujado a Chiellini. Era un aviso para los italianos, pues unos minutos después Giménez, a la salida de un córner, empujó el balón hasta el fondo de la red. La Juventus se quedó grogui y el Atleti se creció aún más, y cinco minutos después marcó el otro zaguero uruguayo, Godín. El conjunto visitante intentó reaccionar, pero ya era tarde y necesitarán una machada dentro de tres semanas.
Milagro de Pep
El Manchester City fue superior pero el marcador no lo reflejó hasta el 90'. Se adelantaron por primera vez los citizens en el minuto 18 con un gol de Agüero, aunque la mayor parte del tanto fue de David Silva, que robó el balón, esperó el momento justo y asistió al argentino, que está de dulce.
Fueron los errores infantiles de los jugadores del conjunto inglés los que permitieron la resurrección del conjunto alemán. Primero, un disparo a priori inocente del Schalke impactó en el brazo de Otamendi, excesivamente despegado del resto del cuerpo. Intentó esconderlo pero no llegó a tiempo. Desde el punto de penalti no falló Bentaleb, que volvió a anotar siete minutos después. En esa ocasión el fallo fue de Fernandinho, que derribó a Salif Sané tras el lanzamiento de una falta lateral.
Siguieron las erratas en la segunda parte. Otra vez Otamendi, que había visto la amarilla cuando provocó el penalti, vio la segunda por una falta sobre Burgstaller. Quedaban 22 minutos y el City estaba por detrás en el marcador y con un hombre menos. La situación era límite. Hasta que llegó Leroy Sané, ex del Schalke. En un lanzamiento de falta que en principio no revestía demasiado peligro, el alemán se sacó un zurdazo de la manga que se coló en la escuadra de Fahrmann. Los ingleses culminaron la machada en el 90' con un gol de Sterling tras un error defensivo de los alemanes.
Así fue el golazo que anotó Leroy Sané en Gelsenkirchen / EFE
Anoche se vivieron dos horas de auténtico fútbol. A falta de un cuarto de hora parecía imposible que una noticia como esta fuera escrita, pues un 0-0 era un resultado bueno para la Juventus de Cristiano Ronaldo y un 2-1 un marcador muy comprometido para el Manchester City de Pep Guardiola. 15 minutos después, los italianos necesitarán una machada y los ingleses tienen un pie en cuartos de final. Este deporte es una maravilla.