103 días duró la primera etapa de Thierry Henry como entrenador en un club. Llegó al AS Mónaco el pasado 13 de octubre para salvar los muebles de un equipo que por aquel entonces se encontraba en posiciones de descenso. Más de tres meses después, la situación del equipo no ha cambiado y actualmente se encuentra en el 19º lugar de la tabla de la Ligue 1.
Según informó la entidad monegasca el pasado jueves 24 de enero, el exfutbolista fue "suspendido de sus funciones a la espera de una decisión definitiva". Ésta ya ha llegado, pues Leonardo Jardim, el entrenador que fue destituido antes de la llegada del francés, ha sido nombrado otra vez entrenador del equipo.
Si bien es cierto que no ha logrado cambiar las circunstancias en las que estaba el equipo cuando él llegó, es incomprensible que le hayan dado tan poco margen de tiempo. Solo 103 días para alguien que fue una leyenda como jugador y que triunfó como segundo entrenador de una selección belga que llegó hasta semifinales en el pasado Mundial de Rusia.
Thierry Henry, en su etapa con la selección de Bélgica / EFE
El 1-5 que encajó el Mónaco frente al Strasbourg y la eliminación de la Copa de Francia en manos del Metz fueron definitivos para Henry. El club del Principado incorporó a cinco jugadores en este mercado de invierno, entre ellos Cesc Fàbregas. La leyenda gunner apenas ha tenido tiempo ni para trabajar con ellos ni para ver si con estas llegadas se le podía dar la vuelta a la tortilla.
Primer batacazo como entrenador para una leyenda del fútbol
Precisamente el AS Mónaco fue el primer club del Thierry jugador. Su rendimiento deslumbró a toda Europa y rápidamente el Arsenal –tras un breve paso por la Juventus– se hizo con sus servicios. En el club londinense se convirtió en un ídolo: ganó dos Premier League (2002 y 2004) y estuvo a punto de lograr la primera Champions League de la historia del club en 2006, en una final que acabaron perdiendo ante el FC Barcelona.
Precisamente los azulgrana fueron su último club en Europa. Tras una primera temporada con dudas, brilló con la llegada de Pep Guardiola al banquillo y se convirtió en una pieza imprescindible para que los catalanes lograran el triplete y el sextete en el año 2009. Poco a poco Pedro Rodríguez le fue comiendo terreno y con 33 años se marchó al New York Red Bulls.
Henry lo ganó absolutamente todo. Un Mundial (1998), una Eurocopa (2000), una Champions (2009) con el FC Barcelona, una Liga, dos Premier League, una Ligue 1 y solo Ronaldinho, en 2004, le privó de lograr el Balón de Oro, el único galardón que se le resistió en su carrera.
Balance muy pobre con el Mónaco
Todo hay que decirlo, su primera experiencia como entrenador no ha sido la deseada. En liga ha perdido siete encuentros, ha empatado tres y solo ha logrado dos victorias. Ha sido eliminado de la Copa de Francia y también de la Champions League, donde cosechó tres derrotas y un solitario empate ante el Brujas.
La realidad es que Henry deja el Mónaco en peor situación de como lo encontró. Pero también es cierto que el equipo monegasco le ha dado muy poco margen para mejorar y que ha logrado el fichaje de un jugador como Cesc Fàbregas que seguramente sin el francés en el banquillo no estaría jugando en el Principado actualmente. Es solo una primera experiencia negativa de un hombre que como futbolista fue una leyenda y que como entrenador aún puede construirla.