Jose Mourinho fue, como se preveía, despedido del banquillo de los red devils. El Manchester United anunció este martes en un comunicado el cese del entrenador portugués en el banquillo de Old Trafford dados los malos resultados cosechados esta temporada.

Tras la contundente derrota frente al Liverpool el pasado domingo (3-1) en Anfield, los dirigentes del club inglés tomaron una decisión que se sondeaba desde hacía meses. A 19 puntos del líder y a once de puestos de Champions League, su clasificación para octavos de final no fue suficiente argumento para mantenerle al cargo. Un despido que abre la puerta de nuevo a Paul Pogba a la titularidad en Manchester y que costará al club 25 millones de euros.

Inicios

Despedido, al luso no le faltarán pretendientes para grandes banquillos, pero su salida del Manchester United consuma una realidad que ahonda en la estadística y parece casi una maldición. Y es que Mou es un entrenador de tres años. Comenzó su carrera en el Barça como segundo bajo las órdenes de Bobby Robson en 1996. Una temporada como segundo entrenador del inglés en que el club catalán conquistó la Copa, la Supercopa de España y la Recopa de Europa. 

Con la salida de Robson y la llegada de Louis Van Gaal al banquillo, Mourinho continuó con su cargo en el cuerpo técnico. Ronald Koeman le arrebató el puesto de segundo entrenador, pero se encargó de los informes de los rivales durante dos años.

En 1999 con Koeman fuera del club, ocupó su puesto asumió su rol en el vestuario, pero tan solo duró un año. En el 2000, Van Gaal dimitió del cargo y Lorenzo Serra Ferrer prescindió del portugués. 

Una estadística demoledora

Tras abandonar la disciplina azulgrana para dar el salto definitivo a grandes banquillos como primer entrenador, Mourinho consiguió hacerse un nombre en Europa, pero con el tiempo la estadística acaba jugando en su contra. Desde que abandonó el club catalán, Mourinho ha sido incapaz de mantener su cargo en un mismo banquillo durante más de tres años. 

Su paso por el Benfica fue testimonial. Duró nueve jornadas tras el cambio de directiva en el club portugués y fue en 2001 cuando empezó su verdadera carrera profesional. El Porto se hizo con sus servicios durante tres temporadas (2000-03) en las que devolvió la entidad al equipo y conquistó la Superliga portuguesa --batiendo un récord de puntos--, la Copa Portuguesa y la Copa de la UEFA.

Rumbo a Inglaterra

En 2004 puso rumbo a la Premier League para dirigir al Chelsea. Devolvió la competitividad al club londinense tras años de vacío, conquistó dos ligas, dos Football League Cup, y una FA CUP, pero fue entonces cuando empezó a desarrollar un carácter polémico que ha mantenido hasta ahora y que le ha dado tantos enemigos como admiradores.

Llamado The Special One, su salida del club inglés todavía es un misterio. En septiembre de 2007, la que iba a ser su cuarta temporada en el club, Mou abandonó el cargo con el consentimiento de la directiva siendo el entrenador más laureado de la historia de los blues

Una foto de archivo de Mourinho en el Chelsea / EFE

Una foto de archivo de Mourinho en el Chelsea / EFE

Se tomó un año de descanso y cambió de país con destino a Italia. Y se repitió la historia. En 2008 aterrizó en el Inter de Milán para devolverla grandeza al club, pero tras dos años en San Siro, volvió a dejar un club de malas formas. Ganó la Champions League, el Scudetto, en dos ocasiones, y la Supercopa de Italia, pero la oferta del Real Madrid fue irrechazable. Aceptó la propuesta de Florentino Pérez pese a su pasado azulgrana, y solo en Italia guardan buen recuerdo de su paso por el club. 

El más polémico

Su llegada al Real Madrid en 2010 fue el inicio de los tres años más tensos entre los dos eternos rivales. Protagonista de todos los focos frente a Pep Guardiola que conquistó el mundo con su juego en el Camp Nou. Conquistó una liga, la Copa del Rey y la Supercopa de España, pero su recuerdo en España se centra por los episodios fuera del verde.

Desestabilizó al Barça y a su propio equipo. Relegó a Iker Casillas al banquillo, emblema del club blanco, y su relación con la plantilla se deterioró hasta tal punto que Florentino Pérez tuvo que poner fin a su liderazgo en el banquillo en mayo de 2013. De nuevo, tan solo dio continuidad a un proyecto durante tres años. 

Regresó entonces al Chelsea en su segunda etapa, pero segundas partes nunca fueron buenas. Volvió a ganar una Premier, pero el potencial del equipo no fue nunca más el mismo. Su figura fue muy cuestionada así como sus métodos, que con anterioridad habían sido aplaudidos por la afición y la directiva del club y el sueño de regresar "a un club que ya amaba" finalizó tras dos temporadas en Stamford Bridge. 

Cambió los blues por los red devils y se acabó su historia de amor con los londinenses con los que esta temporada protagonizó una de sus enésimas salidas de tono en el estadio local señalando a la grada. Su carrera en el Manchester United ha sido la menos exitosa.

Mourinho se encaró con el stuff técnico del Chelsea en su última visita a Stamford Bridge / EFE

Mourinho se encaró con el 'staff' técnico del Chelsea en su última visita a Stamford Bridge / EFE

Con Pep Guaridola en la Premier, que ya fue su verdugo en la Liga española, Mou se fue de vacío en su primera temporada en Old Trafford sin los tres grandes títulos y esta temporada ni siquiera ha podido finalizar la temporada. 

La crisis de los tres años

Como se dice en el amor, Mou ha sido incapaz de mantener su cargo en cualquier banquillo más de tres años. Desde que salió del Barça, donde nunca ejerció como primer entrenador, sus aventuras deportivas han acabado igual. Por la puerta de atrás o con el cese del portugués por sus constantes luchas internas con directivas y jugadores. Un entrenador de carácter, al que le gusta ser el protagonista de victorias y siempre tiene excusas para las derrotas. 

De nuevo sin equipo, la maldición de los tres años le persigue.