En los últimos el fútbol asiático a despertado cierto interés en España, no por el fútbol que allí se practica, sino por la cantidad monetaria que están dispuestos a ofrecer por un futbolista que actúa en Europa. Catar fue de los primeros en empezar a reclutar a viejas glorias y China le siguió después, aunque pujando por jugadores jóvenes y que podrían hacer carrera en campeonatos como la Liga o la Premier League.

Si bien no han sido los primeros, Andrés Iniesta y Fernando Torres han sido de los últimos futbolistas de caché mundial que se han embarcado en la aventura asiática. Aunque a sus edades, la etiqueta de retiro dorado sin presión también es aceptable. Lejos de aceptar los contratos multimillonarios de la Super Liga China o los petrodólares de Catar, ambos se decantaron por la opción de Japón.

Tradición

Si bien la J1 League no es la más conocida por el alto nivel de su fútbol, si que es una de las más asentadas de la zona este de Asia. Japón, junto a Corea del Sur, priman por campeonatos donde el futbolista nacional sea el gran protagonista, de ahí a que ambas selecciones nacionales sean las más reconocidas del continente y que su participación en mundiales y copas asiáticas se de por hecha.

Andrés Iniesta durante un partido con el Vissel Kobe / EFE

Andrés Iniesta durante un partido con el Vissel Kobe / EFE

Obviamente la liga japonesa no escapa a hacerse con jugadores extranjeros que le del un plus de nivel al campeonato, pero difícilmente jugadores como Andrés Iniesta o Fernando Torres podrían haber acabado en equipos dominantes como Urawa Red Diamond, Kawasaki Frontale o Kashima Antlers, vigentes campeones de la Champions League asiática.

Viendo su trayectoria, está claro que ni Iniesta ni Torres son dos futbolistas a los que sólo les interese ver el paisaje que les rodea, son jugadores acostumbrados a competir al máximo nivel. Su implicación en su nuevo destino no se pone en duda, pero sus equipos, el Vissel Kobe para el exazulgrana y el Sagan Tosu por parte del exatlético, tal vez no alcancen a sus expectativas.

Bajón deportivo

Ambos fichajes generaron máxima expectación para su nueva hinchada en particular y para el fútbol japonés en general. La J1 League iba a contar con dos campeones del mundo, entre ellos un Adndrés Iniesta que era venerado por sus actuaciones con el Barça, uno de los clubes extranjeros más seguidos en el país nipón.

Iniesta y Torres durante uno de los encuentros que les ha enfrentado en Japón / EFE

Iniesta y Torres durante uno de los encuentros que les ha enfrentado en Japón / EFE

Sin embargo, ahí quedaba todo. Ellos solos no pueden hacer mejorar el nivel del equipo ni mucho menos hacer que éste opte a algo más que no sea la permanencia en la máxima categoría. Si bien la calidad de Iniesta y Torres es indudable, si lo es la de sus compañeros, acostumbrados a otra filosofía de fútbol.

Como retiro dulce, Japón es perfecto. Un país más occidentalizado que cualquiera de Asia y con una liga fuerte, pero ni mucho menos interesante. Tanto Iniesta, dos goles en 13 partidos, como Torres, tres tantos en 17 encuentros, dejarán detalles que harán alucinar a los aficionados japoneses, pero estarán muy lejos de volver a levantar un título o ser de los más determinantes del campeonato.

Final complicado 

Actualmente, a dos jornadas de la finalización del campeonato, tanto el Vissel Kobe como el Sagan Tosu tienen opciones de descender. Los del manchego superan en cuatro puntos la zona de descenso, mientras que el equipo de de Fuenlabrada empata a puntos con el que marca los puestos que envían a segunda división.

Imagen de Fernando Torres en el día de su debut con el Sagan Tosu / EFE

Imagen de Fernando Torres en el día de su debut con el Sagan Tosu / EFE

Si bien otros países asiáticos han jugado la baza de las grandes estrellas para realzar sus campeonatos, no es el caso de Japón. Para ellos, contar con dos campeones del mundo y que también atesoran Champions League en su palmarés es un lujo, pero no su motivo de ser.