Luis Enrique devolvió la ilusión a una selección que tras el fracaso del Mundial de Rusia confirmó su caída en picado del panorama mundial. Un fracaso histórico frente a Rusia, una selección menor, que fue capaz de con muy poco fútbol arrebatar los cuartos de final a la Roja en los penaltis.
Una Copa del Mundo marcada por el despido de Julen Lopetegui a tres días del inicio de la competición y un vestuario dividido por la decisión de Rubiales que fulminó sin dudarlo al técnico vasco. Su nombramiento se hizo de rogar y tras sus primeros encuentros como seleccionador la Roja volvió a ser temible.
Ganó a Inglaterra y Croacia, con buen fútbol y muchos nombres nuevos, pero el efecto Lucho se ha apagado progresivamente. El técnico vasco le ha dado una cara nueva al conjunto nacional. Mantiene la posesión del balón como premisa, pero ha dotado al equipo de carácter, verticalidad y juego por bandas. Un juego que tres meses después y en su tercera convocatoria no ha dado sus frutos. Perdió en el añadido frente a Croacia, y los ingleses se encargaron del resto frente a los mismos croatas en un partido de locos.
Noqueados del primer torneo
La UEFA Nations League estaba a un paso, pero de nuevo la pasividad, la falta de juego y velocidad y contundencia defensiva han dejado a España fuera de la final a cuatro del próximo verano. Una cita que hace apenas un mes se contemplaba como algo casi asegurado. No hacían falta grandes remontadas, con uno o dos empates era suficiente, pero el 6 a 0 a Croacia ha pesado demasiado.
Una foto de Dani Ceballos durante el partido frente a Croacia / EFE
Luis Enrique se ha quedado fuera de la primera competición oficial como seleccionador. No escondió su decepción en rueda de prensa pero también se justificó: "El grupo era muy difícil, complicado, eso no lo esconde nadie y creo que la respuesta de la selección ha estado a buena altura. ¿Podría haber sido mejor? Sin ninguna duda", sentenció. Una justificación que también tuvo respaldo institucional de la RFEF con la figura de Rubiales: "Hay una nueva generación y el técnico tiene toda la confianza para ir trayendo a jugadores jóvenes que en el futuro serán grandes jugadores de la selección. En todo lo que haga tiene máximo respaldo".
En construcción
Esa nueva construcción de momento es la única excusa que salva a Luis Enrique de las críticas más feroces. Frente a Bosnia y Herzegovina cambió las caras del once inicial y España, pese a ser superior, sudó de lo lindo para conseguir abrir el marcador. Brais Méndez debutó y marcó el solitario gol del encuentro en un partido marcado por la falta de acierto de cara a portería. La Roja empieza de cero y el asturiano tiene trabajo por delante.
Hasta la fecha ya ha convocado a 32 jugadores para que se midieran con la elástica nacional en busca del equipo perfecto para en marzo afrontar la fase clasificatoria a la Eurocopa 2020. Los pesos pesados y leyendas ya no están y los más jóvenes recogen el legado de una selección que acarició el cielo. La papeleta, para técnico y jugadores, es difícil, pero hay suficiente talento como ganar. Un primer fracaso que tiene excusa, pero que no puede alargar.