Si bien la apariencia de Marc-André ter Stegen puede llevar a pensar que se trata de una persona un tanto rígida y seria, su comportamiento dista mucha de esa imagen. El portero azulgrana a causado furor en más de una ocasión por llevar a cabo tareas que podría realizar cualquier hijo de vecino y que ni por asomo tendrían la repercusión mediática que él hace que alcancen.
Ter Stegen se ha dejado ver paseando por la calle tranquilamente, yendo a comprar el pan en patinete eléctrico y la última, desplazándose en metro. Las acciones citadas carecen de espectacularidad y miles de personas las realizan al cabo del día, sin embargo, que un futbolista se atreva a mezclarse con la cotidianidad de una ciudad parece sorprender a más de uno.
Endiosados
Obviamente, que un futbolista tan reconocido como Ter Stegen utilice el metro causa cierta gracia e incluso simpatía hacia él, y más sabiendo que se expone a una avalancha de seguidores, o no, en busca de un autógrafo o una foto. Aquí es donde deberíamos detenernos a reflexionar.
Ter Stegen es un excelente portero y, por lo que parece, una buena persona, pues sus compañeros de equipo no tienen más que buenas palabras para él. Es un tipo que por lo visto parece preferir desplazarse, en momentos puntuales, en un transporte público como el metro que con su coche de gama alta. Vaya, algo totalmente aceptable y sin más.
Sin embargo, acciones como las del portero del Barça llevan a la gente a endiosar su figura, más allá de Ter Stegen, a la del futbolista profesional en general. La fotografía del portero azulgrana viajando en el transporte suburbano de Barcelona corrió como la pólvora por las redes sociales y comentarios del tipo “qué crack” o “cómo no vamos a querer a este tío” eran los más utilizados.
Hay para tanto
Viendo la situación, lo extraño o sorprendente no es que Ter Stegen vaya en metro, sino que pueda ir en metro. En los últimos años, sobre todo con el auge de las redes sociales, el movimiento fan se ha acelerado en exceso y en algunos momentos la realidad queda totalmente distorsionada.
Que un portero de fútbol que ha ganado varias ligas, una Champions League y demás trofeos a nivel de club y selección utilice el metro no merece una condecoración por parte de la humanidad. De hecho es incluso satisfactorio ver como un deportista de este calibre pueda acceder a el sin problemas y de la forma más natural y cotidiana.
Una vez más, Ter Stegen ha demostrado que, pese a ser un deportista de élite y un personaje de lo más conocido, es una persona que puede comportarse como cualquier otra. La cuestión aquí es si el ciudadano de a pié está preparado para ello.