La remontada in extremis del Barça en el partido contra el Rayo Vallecano no salva a los azulgrana de la crítica de la afición culé. El equipo jugó mal. Desconcertado. No se tomaron en serio a un rival que a punto estuvo de dar la sorpresa. Y que mereció mucho más.
Philippe Coutinho fue uno de los principales señalados por los aficionados. El brasileño volvió a estar ausente. Desconectó del partido y apenas aportó nada al equipo. Una sombra de lo que demostró en los duelos decisivos de la pasada semana. Ernesto Valverde lo sustituyó por Munir en el minuto 67 de juego, con el Barça cayendo 2-1. Y el equipo mejoró.
A Coutinho le falta sangre. Carácter. No es normal que el jugador más caro de la historia del club no asuma la responsabilidad que le corresponde sobre el terreno de juego. El brasileño debe participar más. Rendir con mayor regularidad. Sus ausencias empiezan a ser preocupantes.
Una foto de archivo de Coutinho / EFE
Otro de los señalados por la afición fue Sergi Roberto. El catalán quedó nuevamente retratado en defensa. El segundo gol de los vallecanos es culpa de la pésima colocación de Sergi Roberto, quien permite que Álvaro remate a placer. Sus carencias defensivas son demasiado habituales. Suele taparlas con su gran despliegue ofensivo, del que este sábado volvió a hacer gala. De sus botas nació la magnifica asistencia a Luis Suárez para certificar la remontada. Pero los errores atrás penalizan en exceso al equipo.
La criba de la hinchada culé sigue con Dembelé. El francés no se salva pese a anotar el gol del empate del Barça, tras empalar un extraordinario zurdazo potente y raso. Una vez más, perdió una infinidad de balones. Lo que más desquicia a la afición es que ni siquiera corra cuando le roban la cartera. Parece que le da igual. Ya arreglará el desaguisado otro. Dembelé sigue sin convencer pese a sus destellos de indudable calidad. No es suficiente.
Otro que no estuvo fino en los minutos de que dispuso sobre el césped fue Arturo Vidal. La frase del titular va dedicada a él. El chileno “es un pollo sin cabeza”.
Arturo Vidal trata de ganarse a Leo Messi y Luis Suárez / EFE
Corre sobre el campo sin rumbo ni propósito. Perdido. Como un corcel encabritado al que nadie puede domar. A veces parece que en su cerebro no hay nadie a los mandos. Tanto dentro como fuera del campo. Realmente es un sujeto peculiar. Digno de estudio por la ciencia.
En general, el Barça decepcionó después de su excelente rendimiento en la semana grande. Ante el Sevilla, el Inter y el Real Madrid los azulgrana dieron una exhibición. Todo un recital de juego. Pero da la sensación de que este equipo se confía con los rivales pequeños. Y eso puede ser un peligro a largo plazo.