Luis Enrique firmó su primera derrota en partido oficial como seleccionador nacional frente a Inglaterra este lunes. Una derrota que escuece por varios motivos. El equipo volvió a ser ese equipo insulso del Mundial de Rusia, sin ideas, sin asociación y hasta las vacas sagradas estuvieron mal en el Benito Villamarín.
Lucho volvió a su alineación predilecta y solo el centro del campo estuvo algo mejor. La defensa, liderada por dos madridistas --Ramos y Nacho-- hizo aguas en los tres goles y en otras tantas ocasiones que no acabaron dentro de milagro. De Gea no pudo hacer nada en los tres tantos y al descanso España recibía un correctivo en toda regla para bajar de las nubes. El combinado nacional acabó con la racha de 27 partidos invictos frente a una Inglaterra que le gusta tocar, pero que con las bandas que tiene busca el juego vertical, un juego que dejó en evidencia a Jonny y especialmente a Marcos Alonso.
El capitán tuvo una de sus peores noches para celebrar su partido 160 como internacional. En los tres goles perdió la marca o la espalda y llegó tarde ante la definición de de Rashford o Sterling. Su gol en el tiempo añadido ratifica una sensación que se vive también en el Madrid. Suma en ataque, pero resta más en defensa y su posición es central.
Una foto de Sergio Ramos con la selección / EFE
La delantera, un drama
Ni Asensio, ni Aspas, ni Rodrigo. Tuvo que salir Paco Alcácer, que alargó su estado de gracia, para dar impulso a un equipo que no tuvo presencia en la portería defendida por Pickford más que los cinco primeros minutos del partido. El valenciano marcó en la primera pelota que tocó y generó espacios para una selección que notó su entrada en el verde. No se entiende que Lucho no apostara por el de inicio. El técnico asturiano volvió a pecar de conservador. Alineó a su once inicial y no dio pie con bola.
La medular, desconocida
Algo parecido ocurrió con la entrada de Dani Ceballos. El madridista relevó a Saúl, que estuvo de los más acertados en la medular y dio velocidad al juego, pero el tiempo fue insuficiente. Busquets se vio superado en todas las acometidas inglesas y Thiago tocó y tocó, volvió a ser el jugón que se pide en la Roja, pero con una delantera desaparecida no encontró destinatarios que pidieran el balón al espacio, ni tampoco al pie.
Jordi Alba, en su casa
Lo de Jordi Alba ya no se entiende. Hasta ahora España había deslumbrado con su juego, un lavado de imagen obra de Luis Enrique y una nueva dinámica que ha emocionado, pero la no convocatoria del de L'Hospitalet solo la entiende el asturiano. Hasta la fecha Marco Alonso no ha rendido como se espera de él y el mejor lateral izquierdo del país se queda en la Ciutat Esportiva del Barça esperando la llamada de un técnico que no cuenta con él por rencillas personales. Ayer fue el del Chelsea, pero Gayá tampoco estuvo mejor que el azulgrana frente a Gales.
Alba es garantía de seguridad atrás y proyección ofensiva.
Una foto de archivo de Jordi Alba con la selección / EFE
Lucho mantiene la confianza del vestuario y la Federación. Un primer tropiezo comprensible, pero era el primer examen de exigencia frente a una selección que mereció más en el Mundial de Rusia. Habrá que esperar al próximo parón para ver si Alba por fin entra en convocatoria y si los elegidos vuelven a mostrar el mismo nivel que exhibieron en septiembre. Lucho reconoció la mala primera parte del equipo. El cante lo dio la defensa, pero pocos se salvan del ridículo que se vivió durante los primeros 45 minutos. Hay trabajo por hacer.