No hay nada mejor para un equipo, sea del deporte que sea, que sus componentes conecten dentro y fuera del terreno de juego con la misma facilidad. Así es como se genera la química, una relación de confianza y, en algunos casos, amistades duraderas que pueden mejorar incluso el rendimiento del conjunto. Véase la gran relación que tuvieron Leo Messi y Luis Suárez en el Barça, o la del propio Messi y Agüero en la selección de Argentina.
La rápida adaptación de los Lewandowski
En el ámbito azulgrana, son muchos los jugadores que han llegado nuevos en el último año y medio. De ahí que los más veteranos, como en el caso de Sergi Roberto, se estén encargando de acogerles con los brazos abiertos. Más aún si el nuevo fichaje es una estrella consagrada como Robert Lewandowski, quien no ha tardado en erigirse como gran crack del equipo.
En los últimos días, ha trascendido a través de las redes sociales una imagen en la que se puede ver a Sergi Roberto y Coral Simanovich, su pareja, cenando en un selecto restaurante de la Ciudad Condal junto a Lewandowski, Frenkie de Jong, Ter Stegen y las respectivas mujeres de ambos.
Sergi Roberto, en esta coyuntura, se ha acercado al clan nórdico del FC Barcelona para unirlo todavía más, y para fomentar que Lewandowski y su esposa estén lo más a gusto posible en la capital catalana. La realidad es que, por lo que puede verse en las fotografías que cuelga habitualmente Anna Lewandowska en Instagram, la polaca está muy contenta en su nuevo destino.
Sergi Roberto, pegamento para un nuevo clan
En la cena a la que hacen referencia las dos fotografías que han trascendido en las redes, tomadas hace unas pocas semanas, se puede ver cómo Anna hace migas con la novia de Frenkie de Jong, Mikky Kiemeney, así como con Daniella Jehle --pareja del portero del Barça-- y la propia Coral Simanovich.
Seguramente, la proximidad geográfica de los orígenes de Frenkie, Marc y Robert hace que se entiendan mejor. Sergi Roberto no ha nacido ni vivido en el centro o norte de Europa, pero eso no quiere decir que pueda conectar también a las mil maravillas con sus compañeros de equipo. Y fomentar, de esta forma, una relación que traspase los terrenos de juego.