El pasado miércoles tuvo lugar el clásico de semifinales de Supercopa entre el Barça y el Real Madrid. El escenario elegido fue Riad, la capital y principal centro de negocios de Arabia Saudí, un país donde la presencia femenina no está muy bien vista. Las mujeres saudíes enfrentan discriminación en muchos aspectos de su vida, por ejemplo, en el sistema de justicia. Por razones sociales, las mujeres solo representan el 5 % de la fuerza de trabajo en Arabia Saudita, el porcentaje más bajo del mundo.
Ser mujer en Arabia Saudí es supone nacer con menos derechos que un hombre, por el simple hecho de ser mujer. Son los hombres los que controlan y limitan sus libertades y su autonomía personal.
No es extraño haber encontrado muy poca presencia femenina en el partido de ayer. Y no solo entre los asistentes, casi todos hombres, sino también entre los periodistas que cubrían el evento deportivo. En el estadio no había baños para las mujeres, tal y como contó Deportes Cuatro. Sin embargo, había una zona para rezar, solo para mujeres.
Era difícil encontrar mujeres en la cola para entrar el estadio, las pocas iban acompañadas con sus maridos. Y si encontrabas una mujer era porque estaba trabajando.