¿Realmente Cristina Pedroche se rapó para dar las Campanadas?

Cristina Pedroche dio por octavo año consecutivo las Campanadas. La presentadora batió un nuevo récord histórico y en esta ocasión para celebrar. Por fin logró algo previsible, superar por primera vez en la historia a La 1 de TVE, quien ostentaba el liderazgo en los últimos minutos del año. La cadena pública ya no interesa ni tan siquiera para las Campanadas. El "fenómeno Pedroche" ha surtido efecto. Más de 7,5 millones de hogares se tomaron las uvas con ella. Un increíble 33,7% de cuota de pantalla. 

La vallecana y su estilista de confianza y gran amigo, Josie, eligieron en esta ocasión un vestido ya confeccionado. Se trata una obra de arte de Manuel Piña de la colección primavera/verano 1991. Se conservaba desde entonces en el museo el diseñador en Manzanares (Ciudad Real). Lo que más llamó la atención en esta ocasión, más allá de su vestido fue su 'look'. Se quitó el casco y enseñó a todos los espectadores la cabeza rapada. La presentadora dijo adiós a su larga melena o eso es lo que hizo creer a sus fans. 

Cristina Pedroche enseña su calva

La mayoría defendieron que la calva de Pedroche era falsa y se trataba de un postizo. Como se puede observar en las imágenes con más zoom, no se observa ningún poro empezando a crecer. Esta teoría coge aún más peso si se mira con detenimiento algunas de las imágenes de su look compartidas en Instagram en las que se percibe cierto relieve en las patillas y la nuca como si se tratase de una calva postiza que ha sido maquillada posteriormente.

Su peluquero ya contó hace un tiempo que Pedroche no se deja cortar su larga melena y eso que en alguna ocasión le había propuesto un cambio. “Me permite cortarle las puntas lo mínimo cuando hay muchísima necesidad y lleva los medios y puntas desgastados, pero al límite”, explicó en 2017.

En 'Zapeando' desveló que no se había atrevido a cortarse el pelo. “Me dijo que me lo tenía que cortar, que me tenía que rapar la parte de abajo y los nacimientos de las orejas”. Sin embargo, fue más allá y acabó escondiendo “todo el pelo”, lo que acabó convenciendo al estilista.