Georgina Rodríguez es una de las influencers más cotizadas del panorama internacional. Desde que conoció a Cristiano Ronaldo su fama ha ido en ascenso. Empresaria, modelo e influencer. Cuenta con más de 23 millones de seguidores. Una cifra que le permite trabajar con marcas y un sinfín de reportajes. Esta semana, la de Jaca es portada de la revista Cosmopolitan. Se ha vestido de fiesta con motivo de las Navidades. Una seductora prenda con un vestido rojo pasión de lentejuelas con los hombros descubiertos.
Rodríguez se ha sincerado con el medio a pocas semanas de estrenarse su primer reality, donde nos adentraremos más en su vida personal. La mujer de Cristiano Ronaldo ha hablado de su nuevo programa, su embarazo, su nueva vida en Manchester, incluso de Dios, algo que nos ha dejado muy sorprendidos.
"Creo que a pesar de ser una persona conocida, aún no soy consciente de la envergadura del proyecto. Lo que sí puedo decir es que lo he disfrutado mucho. Me lo propusieron y pensé: '¿por qué no? ¡A por ello!", explicó sobre 'Soy Georgina', reality que veremos en breve en Netflix. Además, dejó claro que le importaban muy poco las críticas. "Siempre he sido muy fuerte y he tenido mucha personalidad", aseguró.
Como era de esperar, la influencer se ha sincerado sobre su nueva vida en Manchester. "Puede cambiar en cualquier momento. Pero aquí estamos superfelices. A mí me gusta muchísimo Inglaterra. De pequeña mi sueño era vivir en Londres, y, de hecho, vine como 'au pair' a Bristol hace 6 años. Poder volver ha sido una gran oportunidad", explicó.
Justo después es cuando ha empezado a hablar del karma y de Dios. Asegura ser muy creyente. "Toda mi vida lo he tenido muy presente porque estudié en un colegio religioso. Pero sí, siempre me he sentido muy arropada y protegida por él. Le estoy eternamente agradecida. Él me ha aconsejado y me ha guiado hasta hoy".
Georgina insistió en que "Mi mantra es: 'Haz el bien y no mires a quién'". "En el camino hay obstáculos y tienes que decidir. Hay que ser buena persona, tener valores, actuar desde el corazón y no querer hacer daño a nadie. A mí desde pequeñita me ha encantado ayudar. A mis vecinas mayores les hacía la compra o les lavaba las cortinas y se las colgaba luego. Cada una lo hace como puede. Y te diré que si ahora puedo aportar aún más, ¿por qué no? Yo lo hago encantada", sentenció.