Lorena Castell prometió que no se iba a quedar ni una sola vez más en Madrid los fines de semana. Ella es un torbellino y no puede parar. A veces el cuerpo te pide un descanso, pero a la catala el suyo le dice todo lo contrario. Pocas veces se queda en casa, y menos cuando llegan las altas temperaturas, pero para una vez que lo hace va y se pone mala. El pasado fin de semana Castell estuvo sin levantarse de la cama por una intoxicación alimentaria. Pasa tanto tiempo fuera de casa que el atún que compró y no congeló se le puso malo y se lo comió.
"Así que es mejor quedarse descansando en casa, ¿no?. Pues no. Llevo vomitando desde las 5 de la mañana". Estas eran las palabras de Castell al llegar a Atresmedia, donde le esperaban sus compromisos profesionales en la radio y la televisión. "Estoy fatal", decía con asco y tristeza. "Si hubiese salido, no me hubiera pasado nada". Probablemente.
Lorena Castell ha hecho caso a su filosofía de vida y se ha vuelto a ir al paraíso que tanto echa de menos. Ibiza. En la isla balear la colaboradora encuentra paz y tranquilidad, después de la agitación del día a día. Ahora que llega el verano, a Lorena le encanta ponerse morena y eso es lo que hace.
La catalana ha estado acompañada por su hijo y varias amigas con las que ha hecho un sinfín de actividades. Sin embargo, lo que más ha llamado la atención es lo que todos estábamos esperando. El nuevo 'book' de fotos de Lorena. La joven, como una auténtica influencer se ha fotografiado con un mini bikini mostrando una figura espectacular y un envidiable bronceado mientras toma una piña colada. La buena vida.