Georgina Rodríguez ha sido noticia en España por su participación sorpresa en 'Mask Singer', el nuevo programa de Antena 3 que triunfa con sus versiones en todos los países. Los famosos más inimaginables de todas las disciplinas se esconden bajo las máscaras. El gran estreno se alzó con un increíble 27,4% de cuota de pantalla y casi 4 millones de espectadores convirtiéndose en el estreno más visto del año. Al final del programa el león quedó eliminado y bajo ese rugido se escondía la mujer de Cristiano Ronaldo.
Solo han pasado tres años desde que Georgina se hizo popularmente conocida por el gran público. Desde que se anunció su relación con el delantero luso, su cuenta de Instagram no deja de crecer. Ya cuenta con 21,6 millones de seguidores. Ahora desfila por las pasarelas más importantes y colabora con las mejores marcas.
Sin embargo, aunque ahora todos le dicen que es preciosa, hubo un tiempo que no fue así. “De pequeñita fui patito feo y me he ido convirtiendo en cisne. Al nacer, nadie hubiera dicho que después iba a ser bella. Eso siempre me lo han dicho”, se ha sincerado la modelo.
Ella se considera una mujer real y muy normal. “Soy una mujer natural y versátil, lo mismo plancho que voy de gala a una alfombra roja con un vestido maravilloso que también inspirará a jóvenes”, ha comentado la de Jaca en una entrevista con la revista ‘Mujer Hoy’.
Y ha continuado: “Pero nunca publico únicamente fotos de ese tipo. Me gusta mostrarme haciendo deporte, comiendo, cuidado a mis hijos, compartiendo una tarde de bicis y caballos con mis pequeños o saliendo a pasear”, ha sentenciado Georgina. Así era antes de conocer a Cristiano Ronaldo.