Shakira ya no es tan reacia a compartir su vida privada con sus seguidores. La cantante ha visto que las redes sociales pueden acercarla aún más a estos y promocionar sus proyectos. Este confinamiento la ha hecho cambiar de actitud por completo y es que su vida ha dado un giro de 180 grados. La colombiana se encuentra en uno de los sectores que más ha sufrido las consecuencias de esta crisis sanitaria. Debido a la infraestructura de sus conciertos le es imposible tomar medidas de restricción para llevarlos a cabo. En su equipo cuenta con más de 500 personas. Así que lo mejor es esperar y tomarse un tiempo de descanso, aunque Shakira no sabe estarse quieta y así lo demuestra.
Este tiempo sin trabajar lo ha embleado para estudiar, cocinar, aficionarse al skate y al surf, pero sobre todo para compartir momentos con sus hijos. Es la primera vez que está todos los días con ellos. Por compromisos profesionales la colombiana viajaba a Miami constantemente y se pasaba allí varias semanas.
Ahora no deja de surfear el asfalto con su skate y demostrar que está muy en forma. También le encanta subirse a las olas más altas con el centro de entrenamiento ubicado en el País Vasco. Ya lo ha visitado hasta en dos ocasiones y es que lo suyo con la tabla es ya casi enfermizo.
Ahora que no puede subirse a un escenario Shakira tiene que encontrar otras formas para mantenerse en forma y seguir practicando su particular danza del vientre, inimitable. En más de una ocasión se la ha podido ver sobre el escenario moviendo sus caderas como si fuesen una lavadora centrifugando. Y así enamoró locamente a Piqué.