Se esperaba un comunicado oficial de Leo Messi en el que desvelase finalmente su decisión y tras once días de incertidumbre desde que envió el burofax al Barça con su intención de marcharse, el futbolista ha concedido una entrevista en exclusiva donde da la cara y confirma que se queda. Se acabó el culebrón del fin del verano.
La situación entre ambas partes llegó a ponerse especialmente tensa y Leo Messi tenía la batalla perdida. No quería dañar su imagen ni tampoco irse por la puerta de atrás y de malas formas. "Jamás iría a juicio contra el club de mi vida, por eso me voy a quedar en el Barcelona", asegura Messi en la entrevista.
La decisión de irse la llevaba meditando desde principios de temporada. Cree que ya ha llegado su hora y Bartomeu era conocedor de sus intenciones. Aunque continúe en el club un año más y de lo mejor de sí, Messi no va a cambiar de opinión. Una indirecta para el actual presidente del Barça con quién parece que no existe una buena relación, ni tampoco confía en su proyecto. De hecho, para Messi "hace tiempo que no hay proyecto ni nada, se van haciendo malabares y van tapando agujeros".
Otro de los motivos por los que Messi ha optado quedarse en el club más allá de su imagen y del amor que siente por el equipo que se lo ha dado todo y su afición, son sus hijos y su mujer. Ellos también han tenido una gran peso en la decisión final del futbolista. Leo Messi siempre se ha considerado una persona muy familiar y ama a los suyos. El argentino cuenta siempre con el apoyo de Antonella Roccuzzo y la opinión del amor de su vida es muy importante.
El jugador confiesa que "cuando le comuniqué esto a mi mujer y mis hijos fue un drama bárbaro. Toda la familia llorando". Antonella Roccuzzo siempre va detrás de Messi y si él decide irse le apoyará siempre e irá tras él. Sin embargo, en esta ocasión intentó convencerle y que meditase la situación en frío y así parece que lo ha hecho.
"Mis hijos no querían irse de Barcelona, ni querían cambiar de colegio. Miré más allá y quiero competir al máximo nivel, ganar títulos, competir la Champions. La puedes ganar o perder, porque es muy dificil, pero hay que competir. Por lo menos competirla y que no nos pase lo de Roma, lo de Liverpool, lo de Lisboa. Todo eso hizo me llevó a pensar esa decisión que no llevé a cabo".
"Todo este tiempo ha sido duro para todos. Tenía claro lo que quería, lo había asumido y dicho. Mi mujer con todo el dolor del alma me apoyaba y acompañaba...", recalcó Leo en la entrevista a Goal.
Sus hijos Thiago y Mateo lo vivieron de manera distinta: "Mateo aún es pequeño y no se da cuenta de lo que significa irte a otro lado y hacer tu vida unos años en otra parte. Thiago sí, es más grande. Escuchó algo en la tele y averiguó algo y preguntaba. No quería saber nada de poder irnos, tener que vivir a un colegio nuevo o hacer nuevos amigos. Me lloraba y me decía "no nos vayamos", repito que fue duro, la verdad. Era entendible. Me pasó a mí. Es muy difícil tomar una decisión"