El pasado jueves 23 de abril Barcelona hubiese celebrado su popular festividad de Sant Jordi, más conocida como el día del libro y de la rosa. Las calles de toda la ciudad se llenan de puestos de rosa, cualquiera puede vender una. Todas las papelerías sacan sus puestos de libros con las últimas novedades y los más vendidos. Los escritores se esperan hasta ese día crucial para sacar a la luz su nuevo "hijo".
Si hay un lugar característico donde se celebra esta fiesta es en las Ramblas de Barcelona. Toda repleta de puestos de libros y de rosas. A vista de pájaro no cabe ni un alfiler. Millones de catalanes pasan en algún momento del ajetreado día por la vía. Muchos curiosos por ver a rostros de la pequeña pantalla o a sus escritores favoritos. Colas por conseguir el autógrafo deseado. Este año nada de eso existió. Parecía una pesadilla pero era bien real. El estado de alarma por la crisis sanitaria había estropeado la festividad más querida por los catalanes, ya extendida a todo el país.
Este año pocas historias en las redes sociales se han visto con libros y rosas. La mayoría publicaban ilustraciones de un Sant Jordi atípico. Algunos adornaban de rosas hechas de papel los balcones. Ese pequeño lugar en el que en cierto modo nos sentimos libres y comunicados.
El año pasado las mujeres de los futbolistas del Barça celebraron esta fiesta por todo lo alto. Sin embargo este año nada. Alguna rosa comprada de forma online y poco más. Sergio Busquets, muy detallista, le regaló a Elena Galera tres rosas rojas, una por él y otra por sus hijos
Por otro lado, Romarey Ventura aprovechaba para celebrar el santo a Jordi Alba. Aunque estén en confinamiento hay cosas que no han cambiado ni se deben olvidar.
Antonella Roccuzz optó por publicar unas ilustraciones que se han viralizado por las redes sociales durante este día.