En 2018 apareció Nadia Avilés. Una guapa y joven modelo catalana que enamoró a Denis Suárez, por aquel entonces jugador del Barça. El futbolista mantenía una relación con su novia de toda la vida, la única que se conoció y la que salía con él desde que no era conocido y tenía la cara repleta de granos debido al acné juvenil.
Al dar a conocer la relación con Nadia Avilés las críticas no tardaron en llegar, como le pasó en su momento a Shakira con Gerard Piqué. Durante estos dos años Nadia ha crecido tanto personal como profesionalmente. Desde que el gallego milita en el Celta de Vigo, la carrera de la modelo sube como la espuma. Muchas firmas exclusivas la llaman para ser imagen de alguno de sus últimos diseños. Ha desfilado en importantes pasarelas y sus fotografías ya aparecen en las revistas de mayor prestigio.
La catalana es otra mujer completamente distinta. Si uno de sus tan devotos seguidores bucea un poco por su cuenta de Instagram, la joven no ha borrado las imágenes antiguas, puede ver claramente el gran cambio físico de Nadia Avilés. Ella siempre ha negado por activa y por pasiva haberse sometido a algún retoque estético, sin embargo sus fotografías hablan por si solas.
Nadia publicó el pasado viernes una fotografía de perfil muy sonriente donde parecía que estaba cenando en un local muy concurrido y en buena compañía. La modelo no mostraba ninguna imperfección. Ni tan siquiera las mismas expresiones que años atrás. Solo hay que coger una fotografía, por ejemplo, del 31 de diciembre de 2017, donde la catalana celebraba la entrada del nuevo año y despedía el anterior. La cara era mucho más gruesa. No tenía pómulos. Ahora abre la boca porque antes sus dientes no estaban totalmente alineados ni blancos. Y su nariz también goza de otro estilo mucho más pronunciado.