El caso que sacude a Neymar Jr. estos días va para largo. Este sábado se supo que el delantero brasileño había sido denunciado por una presunta violación ocurrida en París el pasado 15 de mayo. Una noticia a la que, contrario a otros casos, el brasileño tomó parte en el asunto rápidamente. Horas después de filtrarse la información a los medios, el ariete publicó un vídeo en su cuenta de Instagram de siete minutos en los que explicaba los hechos, negaba su culpabilidad, alegaba que era víctima de una extorsión --tal y como hizo su padre en televisión-- y publicó para todos sus seguidores la conversación que mantuvo durante días con la denunciante.
Una conversación editada para preservar la identidad de la mujer, pero en la que se aprecian a la perfección los mensajes y las imágenes compartidas, todo en brasileño. Una decisión que puede salirle cara al delantero. La Policía Civil de Río de Janeiro abrirá una investigación por divulgar las imágenes íntimas de la mujer que le ha denunciado. En un comunicado oficial, el Departamento contra los Delitos Informáticos aseguró que: "Apurará la supuesta divulgación de un vídeo por parte del jugador Neymar".
Una foto de Neymar durante un entrenamiento con Brasil
Asimismo, creen que el móvil del jugador contiene información de vital importancia para esclarecer el caso y le requisarán el aparato por el Departamento de Represión de Crímenes de Informática. “Queremos tener acceso a todo el material de Neymar, no sólo a los vídeos editados”, aseguraron fuentes de la investigación.
Un delito
La reacción de Neymar a las acusaciones ha sorprendido al mundo entero. Los jugadores suelen guardar silencio, pero el delantero del PSG optó por otra vía. Una decisión que en su país natal es un delito. Pese a que el contenido fue editado previamente --las partes íntimas de la mujer fueron difuminadas digitalmente, así como los horarios y los nombres-- ofrecer, compartir, transmitir, vender, distribuir, publicar o divulgar imágenes y/o vídeos de contenido sexual por cualquier medio sin el consentimiento de la víctima, puede acarrear una pena de uno a cinco años de cárcel.
Para requisar el teléfono móvil, la policía se personó en la Granja Comary, en la localidad de Teresópolis, el centro deportivo situado a 98 kilómetros de la ciudad de Río de Janeiro donde se entrena la canarinha, pero a la llegada de la patrulla policial el jugador todavía no había llegado. La mujer y el delantero serán próximamente citados a declarar.