Coral Simanovich necesita un alto en su vida. La modelo israelí no para de trabajar. Casi todos los días muestra en sus redes sociales el 'shooting' que le toca. El último en el Hotel Palace de Barcelona. El 'glamour' de la artista se apoderó de algunas de las partes del hotel como el 'hall' y alguna de las enormes 'suites' donde se instaló para cambiarse y retocarse.
Otros días enseña como se lo pasa en sus ratos libres con Sergi Roberto, su pareja. Sin olvidar a Baloo, su mascota que trata como un hijo. Los jóvenes se lo pasan muy bien siempre que están juntos. Aprovechan para pasear e ir a comer y cenar a modernos restaurantes, sin olvidar alguna pequeña escapada.
Pero Simanovich no necesita una escapada. La modelo pide a gritos unas largas vacaciones y sobre todo buena temperatura. Coral ha demostrado ser una adicta al sol y a broncearse la piel. Por este motivo está deseando que los rayos de ultravioleta penetren en su cuerpo. Le encanta el olor a mar, el sonido de las olas al romper con las rocas y la tranquilidad de no preocuparse en nada más que disfrutar. De ella, de su pareja, de su mascota y de la vida.
Este año el buen tiempo se ha adelantado y a principios de marzo ya se disfrutaba de una agradable temperatura, se llenaban las terrazas y te sobraba alguna prenda. Mucha gente se atrevió a pisar la playa por primera vez. Coral de momento no, aunque no dudó en recordar su último verano. Una fotografía que incentiva las ganas de la época estival. La modelo publicó una fotografía donde aparece observando el mar en una especie de cala. Pertenece a sus vacaciones pasadas en la costa italiana. Simanovich lucía un bonito bikini blanco perfecto para combinar con su piel tostada. Además llevaba las gafas de sol a juego con su bikini, blancas. No se olvida de ningún detalle.